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N O C I O N E S D E O F I C I O
Alejandra Laurencich
Escribir para aprender a escribir: de esta ley na- aproximación a la idea– el hacerlo nos aporta una
die está exento si pretende conocer el oficio. Dice Wi- ventaja: partir de una estructura dada para corregirla
lliam Faulkner: “uno tiene que enseñarse por medio y llevarla a su forma definitiva.
de sus propios errores; la gente sólo aprende a través
del error”. Stephen King, en su maravilloso Mientras
escribo, concuerda: “La mejor manera de aprender es
leyendo y escribiendo mucho, y las clases más valio-
sas son las que se da uno mismo. Son clases que casi
siempre se imparten con la puerta del estudio cerrada”. Muchas veces los coordinadores de talleres litera-
Y es absolutamente cierto, ya que podemos analizar rios hemos escuchado quejas frente a nuestro pedido
todas las cuestiones que atañen al escribir, pero sólo de analizar un texto para estructurar el relato, para
si lidiamos con ellas vamos a entender de qué se trata encontrarle la forma justa que exprese el contenido.
cada una. “¡Pero si así se entiende!” parecería ser el mejor argu-
Pensemos en lo que sucede al aprender a manejar mento con el que resistirse al trabajo de elaboración
un automóvil: todo va muy bien hasta que el instruc- propuesto.
tor o el amigo que nos da la clase nos dice: “Bueno, Es fundamental para todo aquel que quiera de-
ahora manejá vos”. Probablemente el primer día se dicarse a la narrativa comprender que al escribir un
nos pare el auto unas cincuenta veces. Pero después de cuento o una novela no estamos sólo pasando infor-
salir a la calle semana tras semana, los movimientos mación, pues entonces podríamos considerar literatu-
de la palanca de cambios, el embrague, y tantas otras ra a un telegrama. Se trata de un arte, y el arte suele
cosas que hacen al conducir, comenzarán a resultar- cabalgar sobre el oficio. Y el oficio implica trabajo,
nos naturales. Y cada error marcará un aprendizaje. aprendizaje de recursos, herramientas, códigos, y has-
“Horas de vuelo” lo llaman en aeronáutica. ta pequeños trucos. Otra de las dudas aparece enton-
Cuando se asoma una idea, cuando una nueva ces: ¿pero con tanta elaboración no corremos el ries-
historia “nos amenaza”, como dice Carver, podemos go de perder “la espontaneidad y la frescura”? ¿No se
tomar al menos dos caminos, el primero es seguir ela- pierde “la idea original”?
borándola mentalmente, rumiarla, tratar de encontrar Pues bien, la espontaneidad y la frescura pueden
hacia dónde apunta ese hilo narrativo; el otro camino servirnos para ayudar a un anciano a cruzar la calle,
–en el que tarde o temprano desembocará el anterior– para regalar un bombón a un amigo, para sonreírle
es volcarla al papel. Sin considerar a este pasaje como a un desconocido en el ascensor, pero no para hacer
la versión definitiva del texto –lo que significaría un literatura. Afirmar lo contrario sería lo mismo que de-
entusiasmo inútil ya que este texto sería la primera cir, por ejemplo, que cuando un arquitecto se sienta