Page 72 - labalandra_nro1
P. 72

PÁGINA 72


                                           N O C I O N E S   D E   O F I C I O


























                                             Alejandra Laurencich


             Escribir para aprender a escribir: de esta ley na-  aproximación a la idea– el hacerlo nos aporta una
          die está exento si pretende conocer el oficio. Dice Wi-  ventaja: partir de una estructura dada para corregirla
          lliam Faulkner: “uno tiene que enseñarse por medio   y llevarla a su forma definitiva.
          de sus propios errores; la gente sólo aprende a través
          del error”. Stephen King, en su maravilloso Mientras
          escribo, concuerda: “La mejor manera de aprender es
          leyendo y escribiendo mucho, y las clases más valio-
          sas son las que se da uno mismo. Son clases que casi
          siempre se imparten con la puerta del estudio cerrada”.   Muchas veces los coordinadores de talleres litera-
          Y es absolutamente cierto, ya que podemos analizar   rios hemos escuchado quejas frente a nuestro pedido
          todas las cuestiones que atañen al escribir, pero sólo   de analizar un texto para estructurar el relato, para
          si lidiamos con ellas vamos a entender de qué se trata   encontrarle la forma justa que exprese el contenido.
          cada una.                                       “¡Pero si así se entiende!” parecería ser el mejor argu-
             Pensemos en lo que sucede al aprender a manejar   mento con el que resistirse al trabajo de elaboración
          un automóvil: todo va muy bien hasta que el instruc-  propuesto.
          tor o el amigo que nos da la clase nos dice: “Bueno,   Es fundamental para todo aquel que quiera de-
          ahora  manejá  vos”.  Probablemente  el  primer  día  se   dicarse a la narrativa comprender que al escribir un
          nos pare el auto unas cincuenta veces. Pero después de   cuento o una novela no estamos sólo pasando infor-
          salir a la calle semana tras semana, los movimientos   mación, pues entonces podríamos considerar literatu-
          de la palanca de cambios, el embrague, y tantas otras   ra a un telegrama. Se trata de un arte, y el arte suele
          cosas que hacen al conducir, comenzarán a resultar-  cabalgar sobre el oficio. Y el oficio implica trabajo,
          nos naturales. Y cada error marcará un aprendizaje.   aprendizaje de recursos, herramientas, códigos, y has-
          “Horas de vuelo” lo llaman en aeronáutica.      ta pequeños trucos. Otra de las dudas aparece enton-
             Cuando se asoma una idea, cuando una nueva   ces: ¿pero con tanta elaboración no corremos el ries-
          historia “nos amenaza”, como dice Carver, podemos   go de perder “la espontaneidad y la frescura”? ¿No se
          tomar al menos dos caminos, el primero es seguir ela-  pierde “la idea original”?
          borándola mentalmente, rumiarla, tratar de encontrar   Pues bien, la espontaneidad y la frescura pueden
          hacia dónde apunta ese hilo narrativo; el otro camino   servirnos para ayudar a un anciano a cruzar la calle,
          –en el que tarde o temprano desembocará el anterior–   para regalar un bombón a un amigo, para sonreírle
          es volcarla al papel. Sin considerar a este pasaje como   a un desconocido en el ascensor, pero no para hacer
          la versión definitiva del texto –lo que significaría un   literatura. Afirmar lo contrario sería lo mismo que de-
          entusiasmo inútil ya que este texto sería la primera   cir, por ejemplo, que cuando un arquitecto se sienta
   67   68   69   70   71   72   73   74   75   76   77