Page 112 - Hauser
P. 112
Rococó, clasicismo y romanticismo
mente desde finales de la Edad Media, perdiendo con ello su sig
nificación cultural. El comercio internacional se desplazó del Me
diterráneo al océano Atlántico; la Liga Hanseática y las ciudades
alemanas fueron sustituidas por las holandesas e inglesas, y las ciu
dades del sur de Alemania, particularmente Augsburgo, Nurem-
berg, Ratisbona y Ulm, centros de la cultura alemana de entonces,
declinaron al mismo tiempo que las ciudades mercantiles italianas,
cuyas líneas de comunicación en el ámbito del Mediterráneo ha
bían cortado los turcos. La ruina de las ciudades alemanas signifi
caba la decadencia de la burguesía tudesca; los príncipes no tenían
ya nada que esperar ni que temer de ella. El poder de los príncipes
había llegado en el oeste de Europa, desde finales del siglo XVI, a
un fortalecimiento considerable, dando lugar a un nuevo proceso
de aristocratización, pero las monarquías occidentales se apoyaban
siempre en parte en la burguesía en su lucha contra la nobleza feu
dal, y, por lo que se refiere a la nobleza, abandonó el comercio y la
industria totalmente en manos de la burguesía, como ocurrió en
Francia, o se alió con ella para el aprovechamiento de La prosperi
dad económica, como en Inglaterra. Por ei contrario, los príncipes
alemanes, que después de la dominación de las sublevaciones de los
campesinos eran los dueños indiscutibies del país, no veían peligro
en la nobleza, a la que ellos mismos pertenecían y cuya política re
presentaban ante el Emperador, sino en los campesinos y en la bur
guesía, que amenazaban su predominio. Los príncipes territoriales
alemanes, a diferencia de los reyes de Francia y de Inglaterra, eran
grandes terratenientes que tenían sobre todo intereses feudales y a
los que el bienestar de la burguesía y de las ciudades no les preo
cupaba gran cosa. La guerra de los treinta años había completado
ei hundimiento del comercio alemán y destruido las ciudades tan
to en lo económico como en lo político ". La paz de Westfalia con
firmó el particularismo alemán y fortaleció la soberanía de los prín
cipes territoriales; sancionó con ello aquellas condiciones frente a
las cuales el oeste de Europa, donde el rey, hasta cierto punto, re
presentaba la unidad de la nación y defendía sus intereses en de-
;
y< Karl Biedermann, Deutschland im 18 Jahrb., 1880, 2.* ed., I, págs. 276 sigs.
113