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Rococó, clasicismo y romanticismo
menzado antes de la Revolución como el correspondiente desarro
llo social. La Academia había sido siempre considerada por los li
berales como la quintaesencia del conservadurismo; en realidad,
especialmente desde finales del siglo XVII, no era en modo algu
no tan estrecha de miras ni tan inaccesible como se la presentaba.
La cuestión de la admisión de miembros fue resuelta en el siglo
XVIII de manera muy liberal, como es bien sabido; la limitación
del derecho a exponer en el Salón a los miembros de la Academia
era la única regla observada estrictamente. Pero precisamente con
tra esta práctica se dirigía la lucha más enconada por parte de los
artistas progresistas agrupados bajo la dirección de David. La Aca
demia fue disuelta tajantemente; sin embargo, no fue tan fácil en
contrarle sustituto. En 1793 David fundaba ya la Commune des
Arts, una asociación de artistas libre y democrática, sin grupos es
peciales, clases ni miembros privilegiados. Pero, debido a las in
trigas de los monárquicos en su seno, hubo de ser sustituida al año
siguiente por la Société Populaire et Républicaine des Arts. Ésta
fue realmente la primera asociación verdaderamente revoluciona
ria de los artistas franceses, y fue considerada como la asociación
oficial que debía asumir las funciones de la Academia. Pero no fue
ni mucho menos una academia, sino una sociedad a la que todo el
mundo podía pertenecer, sin consideración hacia su posición u ofi
cio. El mismo año surgió el Club Révolutionnaire des Arts, al
que, entre otros, pertenecían David, Prudhon, Gérard e Isabey,
y que disfrutaba de gran prestigio debido a sus famosos miembros.
Todas estas asociaciones dependían directamente del Comité de
Instrucción Pública y estaban bajo la égida de la Convención, del
Comité de Salud Pública y de la Commune de París l65. La Aca
demia fue suprimida al principio sólo como poseedora de la ex
clusiva de las exposiciones, pero continuó ejerciendo durante m u
cho tiempo el monopolio de la enseñanza, y de este modo
mantuvo una buena parte de su influencia 166. Sin embargo, su
puesto fue ocupado pronto por la Escuela Técnica de Pintura y Es
Joseph Billie c, The French Revolution and the Fine Arts>en Essays on the Fremh Re-
volutum, ed. por T. A. Jackson, 1945, pág. 203-
ir/’ F. Benoít, op. cit., pág. 180.
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