Page 250 - Hauser
P. 250
Naturalismo e impresionismo
que elegir entre diferentes posibilidades temáticas, ni el problema
moral de necesitar definirse entre diferentes estratos de la sociedad.
En el siglo XVIII se divide por vez primera el público en dos cam
pos diferentes y el arte en dos tendencias estilísticas rivales. En lo
sucesivo, todo artista se encuentra entre dos órdenes opuestos, en
tre el m undo de la aristocracia conservadora y el de la burguesía
progresista, entre un grupo que se mantiene aferrado a los viejos
valores heredados, presuntamente absolutos, y otro que sostiene
que incluso estos valores -y principalmente éstos- están condicio
nados temporalmente, y que hay también otros, más actuales, los
cuales corresponden más exactamente al bien común. La burguesía
renuncia a sus modelos aristocráticos y la misma aristocracia co
mienza a dudar de la vigencia de su tabla de valores y pasa en par
te al cam po de la burguesía para fomentar una literatura que es
hostil y perniciosa a sus propios intereses. Esto provoca una situa
ción totalm ente nueva para los escritores: los que continúan al ser
vicio de las clases conservadoras, de la Iglesia, de la corte y de la
nobleza cortesana, se convierten en traidores para sus compañeros
de clase; por el contrario, los que representan la concepción del
mundo de la burguesía triunfante desempeñan una función como
nunca hasta ahora la habían desempeñado los escritores importan-
i es, exceptuadas algunas personalidades aisladas: luchan por una
<lase oprim ida, o al menos por una clase que todavía no ha conse
guido apoderarse del poder 4. Ya no encuentran la ideología de este
iniblico fijada y hecha, sino que tienen que colaborar en ella, en su
sistema de conceptos, en sus categorías filosóficas y su escala de va
lores. Ya no son simplemente portavoces de sus lectores; son al
mismo tiem po sus abogados y maestros, e incluso recobran algo de
.ujuella dignidad sacerdotal perdida hace tanto tiempo que no po
seyeron ni los poetas de la antigüedad ni los del Renacimiento, y
mucho menos los clérigos de la Edad Media, cuyos lectores eran
también clérigos, y que como escritores no tuvieron contacto al
guno con el público lego. Durante la Restauración y la Monarquía
de Julio los literatos perdieron la posición privilegiada que habían
* l b / d . , pág. 981.
251