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Historia social de la literatura y el arte
Todo idealismo se vuelve para ella sospechoso; todo alejamiento del
mundo le parece ridículo; se irrica contra toda intransigencia y
rodo radicalismo, y persigue y suprime toda oposición al espíritu
del juste mtlieu y al adusto disimulo de los antagonismos. Educa a
sus seguidores para que sean hipócritas, y se atrinchera más deses
peradamente tras su ideología cuanto más peligrosos se vuelven los
ataques del socialismo.
Las tendencias básicas del capitalismo moderno, que se habían
hecho evidentes desde el Renacimiento, surgen ahora en toda su
ruda claridad, sin concesiones, no mitigadas por tradición alguna.
La más evidente es la tendencia a la objetivación, es decir la aspi
ración a desligar todo el aparato de una empresa económica de toda
influencia directamente humana, esto es, de toda consideración de
circunstancias personales. La empresa se convierte en un organis
mo independiente que persigue sus propios objetivos y que se rige
por las leyes de una lógica propia; es un tirano que convierte en es
clavos a todos cuantos adquieren contacto con él 6. La entrega com
pleta al negocio, el autosacrificio del empresario en interés de la ca
pacidad de concurrencia, de la prosperidad y de la ampliación de la
firma comercial, y su abstracto afán de triunfo, desconsiderado in
cluso consigo mismo, adquieren un alarmante carácter monomania
co 7. El sistema se independiza de quienes lo sostienen y se con
vierte en un mecanismo cuya marcha no puede detener ninguna
fuerza humana. En este carácter de automovilidad reside lo miste
rioso del capitalismo moderno; él le presta aquel aspecto demonía
co que Balzac describe de manera tan estremeced ora. A medida
que los medios y los presupuestos del triunfo económico se desli
gan de la esfera de influencia del individuo, se hace más fuerte en
el hombre el sentido de inseguridad, la sensación de estar a mer
ced de un monstruo despótico. Y a medida que los intereses se ra
mifican y se enredan, la lucha se hace más salvaje, más desesperada;
el monstruo, más y más multiforme, y la ruina, cada vez más ine
vitable. Finalmente, se está rodeado por todas partes de competi
dores, adversarios y enemigos, todos luchan contra todos, y todo el
6 W erner Sombart, Der modeme Kapitalhmus, III» 1, págs. 35-38, 82, 657-661.
7 W erner Sombarr, Der Bourgeois, 1913, pág. 220.
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