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Naturalismo e impresionismo
aparece como un mero prólogo. N o sólo la alca política y la más
alta sociedad, no sólo el parlamento y la burocracia tienen un ca
rácter plutocrático. Francia está dominada no sólo por los Roths-
child y los otros juste-millionnaires, como Heine los llama, sino que
el mismo rey es un especulador astuto y sin escrúpulos. Durante
dieciocho años el gobierno, como dice Tocqueville, constituye una
especie de «sociedad comercial»; el rey, el parlamento y la admi
nistración se reparten entre sí los bocados más apetitosos, inter
cambian informaciones y propinas, se regalan unos a otros negocios
y concesiones y especulan con acciones y rentas, leyes de cambio y
obligaciones. El capitalista monopoliza la dirección de la sociedad
y conquista una posición que nunca había poseído. Hasta entonces,
para desempeñar este papel, el proletario necesitaba tener una es
pecie de halo ideológico; el rico había de presentarse como protec-
ior de la Iglesia, de la Corona o de las artes y las ciencias; ahora, en
cambio, disfruta de los más altos honores simplemente porque es
rico. «¡De ahora en adelante gobernarán los banqueros!», profeti
za Lafitte, después de que Louis-Philippe es proclamado Rey. Y:
••Ninguna sociedad puede subsistir sin una aristocracia», dice un
diputado en el parlamento en 1836. «¿Quieren ustedes saber quié
nes son los aristócratas de la Monarquía de Julio? Los grandes in
dustriales; ellos son el fundamento de la nueva dinastía» 5. Pero la
burguesía está todavía luchando por su posición, por el prestigio
mk ial, que la nobleza le concede sólo a desgana y tardíamente. Es
todavía una clase «ascendente» y tiene aún el espíritu de ofensiva,
.
11 conciencia inquebrantable de estar desposeída de sus derechos.
I’cro está tan segura de su victoria que comienza ya a transformar
.
11 conciencia de sí misma en autosatisfacción y autojustificación.
'>it tranquilidad de conciencia se apoya en parte ya en un autoen-
r.ino, y esto la conducirá a una situación en la que la implantación
del socialismo quebrantará su seguridad en sí misma. Se hace cada
vrz más intolerante y menos liberal, y convierte sus más graves de
le ti-rtcias, su estrechez de miras, su racionalismo superficial y su
.tl.iu de lucro disfrazado de idealismo, en bases de su ideología.
' S. Charlé ty, La Aíonarchie deJuillet, en E. Lavjsse, Htstoire de Franee Contemporai-
V. 1921, págs. 178 sig.
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