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Historia social de la literatura y el arte
lo que es lo mismo, tal como aparece a los ojos de la intelectuali
dad triunfante. El desarraigo de Julián Sorel es el tema de todas
sus obras, el motivo que en sus otras novelas, sobre todo en La car
tuja de Parma y en Luden Leuwen, interpreta con variaciones y mo
dulaciones. La cuestión social consiste para él en el destino de
aquellos jóvenes ambiciosos, procedentes de los estratos inferiores
y desarraigados por su educación, que se encuentran al final del
período revolucionario sin dinero y sin relaciones, y que, deslum
brados, de un lado, por las oportunidades de la Revolución, y, de
otro, por la buena fortuna de Napoleón, quieren desempeñar en la
sociedad un papel adecuado a su talento y a sus ambiciones. Pero
descubren entonces que el poder, la influencia y los puestos im
portantes están en manos de la antigua nobleza y de la nueva aris
tocracia del dinero y que la mediocridad desplaza por todas partes
a los talentos mejores y las inteligencias más grandes. El princi
pio de la Revolución, de que cada uno es artífice de su propia for
tuna, idea totalmente desconocida para los hombres del anden ré-
gime, pero muy familiar a la juventud revolucionaria, pierde su
valor. Veinte años antes el destino de Julián Sorel hubiera sido
muy otro; a los veinticinco años hubiera sido coronel, a los trein
ta y cinco, general; esto es lo que oiremos una y otra vez. Ha na
cido demasiado pronto o demasiado tarde, y está situado entre las
épocas como está situado entre las clases sociales. ¿A cuál perte
nece y cuál de los dos lados es el suyo realmente? Es la vieja pre
gunta bien conocida, el problema del romanticismo, que surge de
nuevo, y que sigue tan insoluble como siempre. El origen román
tico de las ideas políticas de Stendhal se expresa del modo más cla
ro en que basa la pretensión de sus héroes al triunfo y a la posi
ción social simplemente en las prerrogativas del talento y de la
energía. En su crítica de la Restauración y en su apología de la Re
volución, basa su argumento en 1a convicción de que la vitalidad
auténtica y la energía han de encontrarse sólo en el pueblo. Las
circunstancias del famoso asesinato cometido por el seminarista
Berthet, que le sirve de tema en Rojo y negro, son para él una prue
ba de que en lo sucesivo los grandes hombres procederán de aque
llas vigorosas clases inferiores, capaces aún de auténticas pasiones,
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