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Historia social  de  la  literatura y el  arte







                    —Rojo y negro,  Ilusiones perdidas,  La educación sentimental y Der Grünt



                    Heinrich,  por no citar m ás- pueden ser derivadas directa o indirec­


                     tamente,  sino también  la primera crítica  importante del  romanti­


                    cismo  como  forma  de  vida.  Goethe  señala -y   éste  es  el  verdadero



                    mensaje  de  su  obra-  la  completa  esterilidad  del  alejamiento  ro­


                    mántico  de  la  realidad,  acentúa  que  sólo  se  puede  juzgar  justa­


                    mente el mundo cuando se está íntimamente unido a él, y que sólo


                    se  lo puede  reformar de dentro afuera.  No disimula  ni  encubre en



                    modo alguno  la discrepancia entre interioridad y  mundo, pero  re­


                    conoce y demuestra que el desprecio romántico del  mundo es una


                    evasión del auténtico problema M. La demanda de Goethe de vivir



                    de  acuerdo con  el  mundo  y  con  las  reglas  del  mundo  fue  triviali-


                    zada por la literatura burguesa posterior y transformada en una in­


                    vitación  a  la  cooperación  incondicional.  La  adaptación  pacífica,



                    pero  no  incondicional,  a  las  circunstancias  existentes,  se convierte


                    en una humillante transigencia y en una religión mundana utilita­


                    ria. La participación de Goethe en este desarrollo consiste exclusi­



                    vamente en que  no vio la imposibilidad  de una conciliación pací­


                    fica  de  la  antinomia  y  en  que  su  optimismo  un  poco  frívolo  se


                    ofreció  espontáneamente  como  ideología  conciliadora  burguesa.


                    Stendhal y Balzac vieron  la tensión dominante mucho más aguda­



                    mente  que  Goethe  y  juzgaron  la situación  con  mucho  más  realis­


                    mo que él.  La novela social, en la que ellos vertieron sus impresio­


                    nes,  fue  un  paso  que  superó  no  sólo  la  novela  desilusionada



                    romántica,  sino  también  la novela formativa de  Goethe.  En  su re­


                    signación  se  había  suprimido  tanto  el  desprecio  romántico  del


                   mundo como la crítica que Goethe hacía del  romanticismo. Su pe­


                   simismo  surgía  de  un  análisis  de  la  sociedad  que  no  se  hacía  ilu­



                   siones  respecto a la solución de las cuestiones  sociales.


                              El realismo con que Stendhal y Balzac describían la situación,


                   y  su  comprensión  para  la dialéctica  que  movía  la  sociedad,  no  te­



                    nían  ejemplo  en  la literatura de  su  tiempo,  pero  la  idea de  la  no­


                   vela social estaba en  el  aire.  Subtítulos  como  «Escenas  del mundo


                   elegante»  o  «Escenas  de  la vida privada»  los  encontramos  mucho








                             51  Georg Luckács,  Goethe und seine Zett,  1947, págs.  39 sig.





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