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Naturalismo e impresionismo
Werther triunfa el principio dramático en la novela y comienza una
evolución que consigue alcanzar su punto culminante en obras
como Madame Bovary, de Flaubert, y Ana Karenina, de Tolstói. La
atención se concentra en lo sucesivo en el movimiento psicológico;
los sucesos exteriores se toman en consideración sólo en cuanto que
provocan reacciones espirituales. Esta psicologización de la novela
es el signo más sorprendente de la espiritualización y la subjetivi-
zación que atraviesa la cultura de la época. En la novela formativa
(Bildungsroman), que constituye el paso siguiente de la evolución y
es la forma literaria más importante del siglo en cuanto al desarro
llo estilístico, cobra aún más vigor la tendencia a la espiritualiza
ción. La historia de la evolución del héroe se convierte ahora en la
historia de la formación de un mundo. Sólo en una época en la que
la educación del individuo se ha convertido en la fuente más im
portante de cultura podía surgir esta forma de novela, y había de
aparecer en un país como Alemania, donde menos profundamente
había arraigado la cultura común. Wilhelm Meister, de Goethe, es,
en cualquier caso, la primera novela formativa en el sentido estric
to de la palabra, aunque los orígenes del género se encuentran en
obras más antiguas, principalmente de carácter picaresco, como
Tom Jones, de Fielding, y Tristram Shandy, de Sterne.
La novela se convierte en el género literario predominante en
el siglo XVIII porque expresa del modo más amplio y profundo el
problema cultural de la época: el antagonismo entre individualis
mo y sociedad. En ninguna otra forma alcanzan vigor tan intenso
los antagonismos de la sociedad burguesa, y en ninguna se descri
ben de manera tan interesante las luchas y derrotas del individuo.
No en balde Friedrich Schlegel denomina a la novela el género ro
mántico por excelencia. El romanticismo reconoce en ella la repre
sentación más adecuada del conflicto entre el yo y el mundo, el
sueño y la vida, la poesía y la prosa, y la expresión más profunda
de la resignación, que le parece la única solución del conflicto.
Goethe encuentra en Wilhelm Meister una solución díametralmente
opuesta a la romántica; y su obra constituye no sólo el punto cul
minante de la historia de la novela en el siglo XVIII, no sólo el
prototipo del que las creaciones más representativas del género
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