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Historia social  de  la  literatura y  el  arte







                 bien  las  creaciones  de  los  maestros  anteriores,  sobre  todo  las  de



                 Mo2art,  han surgido evidentemente de manera más fácil,  más des­


                 cuidada y más  de acuerdo con  la inspiración  directa que  las  com­


                 posiciones  de  Beethoven,  cuidadosamente  preparadas  y  con  fre­


                 cuencia basadas en numerosos bocetos preliminares. Mozart parece



                 regirse  siempre  por  un  plan  objetivo,  necesario  e  invariable;  en


                 Beethoven, por el contrario, parece como si  en  cada tema, en cada


                 motivo  y  en  cada  nota  quisiera  decir:  «Porque  yo  lo  siento  así»,



                 «Porque yo lo oigo así»,  «Porque yo quiero hacerlo así», Las obras


                 de  los  maestros  anteriores  son  composiciones  bien  articuladas  y


                 bien  dispuestas,  melodías  redondas  y  limpias,  mientras  que  las


                 creaciones de Beethoven y de los compositores posteriores son, por



                 el  contrario,  recitativos,  gritos de lo más profundo del  corazón.


                           Sainte-Beuve  señala en Port-Royal que,  mientras  en  la era del


                 clasicismo era considerado el  escritor  más  grande  el  que creaba la



                 obra más terminada,  más clara y  más agradable,  nosotros,  los mo­


                 dernos, por el contrario, esperamos de un escritor, sobre todo, estí­


                 mulo, es decir oportunidad de participar en sus  sueños y en su ac­


                 tividad creadora41. Nuestros escritores preferidos son aquellos que



                 indican  simplemente muchas  cosas  y  dejan  siempre  sin  decir algo


                 que  nosotros  tenemos  que adivinar,  explicar  y completar.  La obra


                 incompleta, no conclusa ni definida, es para nosotros la más atrac­



                 tiva,  la  de  significado  más  profundo  y  la  más  expresiva.  Todo  el


                 arte psicológico de Stendhal tiende a estimular al  lector a cooperar,


                 a participar en la observación y los análisis del autor.  Hay dos  mé­


                 todos  distintos  de análisis psicológico.  El  clasicismo  francés parte



                 de la concepción uniforme de una figura y deriva de una sustancia


                 en sí inalterable los distintos atributos espirituales. La fuerza con­


                 vincente del retrato que resulta en estas circunstancias se debe a la



                 coherencia  lógica de  los  rasgos,  pero  la pintura  misma  representa


                 más  bien el mito que el  retrato de un hombre.  Los caracteres de la


                 literatura clásica  no ganan en  interés y verosimilitud  con  la auto-


                 observación  del  lector;  impresionan por  la grandeza y  agudeza de



                 sus líneas, y quieren ser contemplados y admirados, pero no com­







                           41  Sainte-Beuve,  Port-Royal,  1888,  5.“  ed,,  VI,  págs.  266  sig.





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