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Historia social de ia literatura y el arte
la expresión de toda una sociedad. Todo es expresión y testimonio
del proceso universal de la sociedad. Es un arrebato, un éxtasis, lo
que arrastra a Balzac a la vista de esta causalidad social, de esta le
galidad inevitable, la única apta para explicar el sentido del pre
sente y resolver con ello el problema en torno al cual gira toda su
obra. Pues La comedia humana debe su íntima unidad no a ios en
cadenamientos de su acción ni a la reaparición de sus figuras, sino
al predominio de la causalidad social y al hecho de que es, efecti
vamente, una única gran novela, es decir la historia de la moderna
sociedad francesa.
Balzac libera el género narrativo de las limitaciones de la au
tobiografía y de la mera psicología, dentro de cuyos límites se ha
bía movido desde la segunda mitad del siglo XVIII. Rompe el
marco de los destinos individuales, en el que tanto las novelas de
Rousseau y Chateaubriand como las de Goethe y Stendhal estaban
confinadas, y se emancipa del estilo de confesión del siglo XVIII,
aunque, naturalmente, no puede desprenderse de un golpe de todo
lo lírico y autobiográfico. Balzac encuentra su estilo, de todai
maneras, sólo lentamente. Al principio sigue la literatura de moda
de la Revolución, la Restauración y el romanticismo y conserva
reminiscencias de la novela de pacotilla de sus predecesores hasta
en su período de más completa madurez. Puede negar tan escasa
mente que el origen de su arte está en la mística novela de te
rror, y en la melodramática novela de folletín, como en la románti
ca novela de amor e historia. Las obras de Pigault-Lebrun y
Ducray-Duminil constituyen las premisas de su estilo tanto como
las de Byron y Walter S co tt4A. No sólo Ferragus y Vautrin; tam
bién Montriveau y Rastignac están entre los rebeldes y proscritol
del romanticismo. N o sólo las vidas de aventureros y criminales,
sino también la vida burguesa tiene en él, como se ha notado, el ca
rácter de una novela de terror 45. La moderna sociedad burguesa,
con sus políticos, burócratas, banqueros, especuladores, vividores,
prostitutas y periodistas, le parece una pesadilla, la procesión im
placable de una danza macabra. Concibe el capitalismo como una
44 André de Bretón, Balzac, 1905, págs. 70-73.
^ M. Bardéche, Balzac romancitr, pág. 285.