Page 294 - Hauser
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Naturalismo e impresionismo
de la burguesía, y no oculta su admiración por las conquistas de
esta clase. Está simplemente lleno de un miedo histérico, y ba
rrunta por todas partes desorden y revolución. Lucha contra todo
lo que amenace la estabilidad de la situación existente y defiende
todo lo que parece asegurarla. Ve en la monarquía y en la Iglesia
católica el baluarte más seguro contra la anarquía y el caos; el feu
dalismo es para él simplemente el sistema que resulta de la hege
monía de estos poderes. No tiene nada que ver con las formas que
la monarquía, la Iglesia y la nobleza han adoptado desde la Revo
lución, sino sólo con los ideales que ellas representan, y combate la
democracia y el liberalismo simplemente porque sabe que toda
la estructura de las jerarquías se derrumbará una vez que se la co
mience a criticar. Opina que «un poder sujeto a discusión, no existe».
La igualdad es una quimera irrealizable; nadie en el mundo la
ha hecho realidad. Así como toda comunidad, sobre todo la fami
lia, descansa en la autoridad, toda la sociedad debe también ser
construida sobre el principio de autoridad. Los demócratas y los so
cialistas son soñadores extraños al mundo, y esto no sólo es verdad
porque creen en la libertad y la igualdad, sino también porque idea
lizan desatinadamente al pueblo y al proletariado. Los hombres,
sin embargo, son todos iguales fundamentalmente; todos se preo
cupan por sus ventajas y persiguen sólo sus propios intereses. La
sociedad está totalmente dominada por la lógica de la lucha de cla
ses; la guerra entre ricos y pobres, fuertes y débiles, privilegiados y
desposeídos, no tiene límites. «Todo poder tiende a la propia con
servación» (El médico de aldea), y toda clase oprimida, a la destruc
ción de su opresor; éstos son hechos inalterables. Pero Balzac no
sólo está familiarizado ya con los conceptos de la lucha de clases,
sino que está también en posesión del método de desenmascara-
miento del materialismo histórico. «Se envía a galeras a un crimi
nal —dice Vautrin en ilusiones perdidas— mientras que a un hombre
,
que arruina a muchas familias por medio de la quiebra fraudulen
ta se le imponen un par de meses... Los jueces que sentencian al la
drón guardan las barreras entre ricos y pobres.... saben, desde lue
go, que el hombre que provoca una bancarrota origina, a lo sumo,
un desplazamiento en la distribución de la riqueza.»
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