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Historia social de la literatura y el arte
actitud filosófica son completamente inequívocos, mientras que la
distinción entre un naturalismo y un realismo en el arte no hace
más que complicar la cuestión y colocarnos ante un falso problema.
Por otra parte, con el concepto de «realismo» queda mucho más
acentuada la oposición al romanticismo. De lo contrario, tanto el
hecho de que estemos tratando aquí de la continuación directa de
la intención artística del romanticismo, como la circunstancia
de que el naturalismo represente mucho más una lucha constante
contra el espíritu del romanticismo que un triunfo sobre él, que
darían desatendidos. El naturalismo es un romanticismo con con
vencionalismos nuevos y con nuevas premisas, más o menos arbi
trarias, de la verosimilitud. La diferencia más importante entre
naturalismo y romanticismo está en el cientificismo de la nueva
tendencia, en la aplicación de los principios de las ciencias exactas
a la descripción artística de la realidad. El predominio del arte na
turalista en la segunda mitad del siglo XIX es enteramente sólo un
síntoma del triunfo de la concepción del mundo propia de las cien
cias naturales y del pensamiento racionalista y tecnológico sobre el
espíritu del idealismo y del tradicionalismo.
El naturalismo hace derivar casi todos sus criterios de probabi
lidad del empirismo de las ciencias naturales. Fundamenta su crite
rio de la verdad psicológica en el principio de causalidad; el desarro
llo correcto de la acción, en la eliminación de la casualidad y el
milagro; su descripción del ambiente, en el pensamiento de que todo
fenómeno natural tiene lugar dentro de una serie infinita de condi
ciones y motivos; su utilización de pormenores característicos, en el
método de observación propio de las ciencias naturales, que no des
cuidan ninguna circunstancia por nimia que sea, y su evitación de la
forma pura y definida, en la inconclusión inevitalbe de la investiga
ción científica. Pero la fuente principal de la doctrina naturalista es
la experiencia política de la generación de 1848: el fracaso de la Re
volución, la represión de la insurrección de junio y la subida al po
der de Luis Napoleón. La desilusión de los demócratas y el desenga
ño general que estos acontecimientos provocan encuentran su
expresión perfecta en la filosofía objetiva, realista y estrictamente
empírica de las ciencias naturales. Después del fracaso de todos los
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