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Historia social de la literatura y el arte
ticas y prácticas, que no desean vivir al margen, sino en y con la so
ciedad, ya que no siempre en modo alguno de acuerdo con los pro-
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pósitos y métodos de ésta. Heine tuvo intrínsecamente las mismas
oportunidades de triunfo en el París cosmopolita de la Monarquía
de Julio y del Segundo Imperio que Meyerbeer y Offenbach, sola
mente que no tuvo a su disposición los medios internacionales de
comunicación utilizados por sus compatriotas, más afortunados. Su
fama estuvo reducida a un círculo relativamente estrecho, mientras
que Meyerbeer y Offenbach conquistaron la capital de Francia y
todo el mundo civilizado. Ellos crearon no sólo dos de los géneros
más característicos del arte francés, sino que representaron el gus
to parisino de la época más fielmente y de manera más comprensi
va que sus colegas franceses. Offenbach puede ser considerado
como el verdadero compendio de su época; su obra contiene los ras
gos más característicos y originales de ella. Sus contemporáneos ya
se dieron cuenta de que era tan representativo que le identificaron
con el espíritu de París y describieron su arte como la continuación
de la tradición clásica francesa. Su música unió a Europa occiden
tal en un sentimiento de gozo por la vida y de exuberancia117. La
Gran Duquesa de Gerolstein demostró ser la atracción más grande y
permanente de la Exposición Universal de 1867; los numerosos so
beranos y príncipes que visitaron París se entusiasmaron tanto por
la obra, con la irresistible Hortense Schneider en el papel principal,
como los libertinos de la capital de Francia y la pequeña burguesía
de provincias. Tres horas después de su llegada a París, el Zar ruso
estaba ya sentado en un palco en el Variétés, y aunque fue apa
rentemente más capaz de dominar su impaciencia, Bismarck se sin
tió tan encantado como las mismas cabezas coronadas. Rossini lla
mó a Offenbach «el Mozart de los Campos Elíseos», y Wagner
confirmó este juicio, aunque sólo después de la muerte de su envi
diado rival.
La época de furor por la opereta fue el período comprendido
entre las dos exposiciones universales de 1855 y 1867. Después del
desasosiego político a finales del decenio de 1860 ya no había un
117 Cf. Fleury-Sonoler, La société du Second Empire, III, 1913, pág. 387.
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