Page 354 - Hauser
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Naturalismo e  impresionismo







                 <|ué  intoxicación  de  los sentidos  impresionó al público contempo­



                 ráneo y hasta q u é punto se sentía rebelde contra todos los conven-


                 t ionalismos  m uertos  y  sentía el  descubrimiento  de  un mundo  jo­


                 ven,  feliz  y prohibido.  Es  comprensible,  aunque  sorprenda en  un



                 principio, que Baudelaire, que no era ni mucho menos devoto de la


                 música, pero que es el único de los contemporáneos de Wagner cu­


                 yos  acentos  crean  en  nosotros  el  mismo  sentimiento  de  felicidad


                 <|ue  la música  de  Tristán,  fuera  el  primero  en  reconocer  la  signifi­


                 cación del arte  de Wagner.



                          Aparte de  sus  nervios sobreexcitados, de su pasión por la nar­


                 cosis y los efectos estupefacientes, Wagner comparte con Baudelai-



                 rc  los mismos sentim ientos cuasí-reíigiosos y el  mismo anhelo ro­


                 mántico  de  redención.  Y  aparte  de  su  debilidad  por  los  colores


                 brillantes y  las  formas exuberantes, está ligado a Flaubert por una


                 especie de diletantism o genial  y  una relación  totalmente reflexiva



                 con su propia obra. Tiene un talento tan escasamente natural y es­


                 pontáneo,  y lucha con su obra casi  tan violenta y desesperadamen-


                 ie, y  tiene en  el  arte  una fe  tan  escasamente auténtica como  Flau­



                 bert.  Nietzsche  señala  que  ninguno  de  los  grandes  maestros  era


                 (odavía a los veintiocho años tan mal músico como Wagner, y, con


                 la  excepción  de  Flaubert,  es  cierto  que  ningún  gran  artista dudó


                 ¡an  largo  tiempo  de  su propia capacidad.  Ambos  sintieron  que el



                 arte era el  torm ento de’su vida, que estaba entre ellos y el disfrute


                 be  la  vida,  y  ambos  consideraron  el  abismo  entre  realidad  y  arte,


                 entre avoir y dire como infranqueable.  Eran miembros de la misma



                 última generación  romántica,  que  riñó  una batalla  tan  incansable


                 como desesperada contra su egoísmo y  su esteticismo.
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