Page 394 - Hauser
P. 394
Naturalismo e impresionismo
glaterra comienza a transformarse en un impresionismo pasivo, la
novela naturalista en Rusia siga siendo viva y capaz de desarrollar
se. La literatura rusa, que de las manos de la nobleza campesina, fa
tigada y amenazada de ruina, pasa a las de una clase ascendente,
cuando la burguesía portadora de la cultura en Occidente se sien
te ya agotada y amenazada desde abajo, supera no sólo la dolencia
cósmica que comenzaba a aparecer en la poesía de la nobleza de
sentimientos románticos, sino también el tono de resignación y
de escepticismo que domina la literatura occidental moderna. La
novela rusa es, a pesar de los tonos oscuros de su expresión, de un
optimismo invencible, testimonio de la fe en el futuro de Rusia y
de la humanidad; está llena de un esperanzado ánimo de lucha, de
una nostalgia evangélica de salvación y de la certeza de la reden
ción. Este optimismo no se expresa en modo alguno en puros sue
ños del deseo y en happy endings baratos, sino en la segura confian
za de que los sufrimientos y sacrificios de la humanidad tienen un
sentido y nunca son en vano. Las obras de los grandes escritores ru
sos terminan casi siempre de manera conciliadora, si bien a menu
do muy tristemente; son más serias que las novelas de Flaubert, de
Maupassant y de los Goncourt, pero nunca tan amargas, nunca tan
desesperadas.
El milagro de la novela rusa consiste en que, a pesar de su ju
ventud, alcanza no sólo la altura de la novela francesa e inglesa,
sino que arrebata a éstas la dirección y representa la forma literaria
más progresista y vital de la época. Junto a las obras de Dostoievs-
ki y Tolstói, toda la literatura occidental de la segunda mitad del
siglo aparece como agotada y estancada. Ana Karenina y Los herma
nos Karamazov señalan la cumbre del naturalismo europeo; resumen
y superan los logros psicológicos de la novela francesa e inglesa, sin
perder el sentido de las grandes relaciones supraindividuales.
Como la novela social alcanza su perfección con Balzac, la de for
mación del carácter con Flaubert, la picaresca con Dickens, así la
novela psicológica entra con Dostoievski y Tolstói en el estadio de
la plena madurez, Estos dos escritores representan la conclusión del
proceso que, por una parte, arranca de la novela sentimental de
Rousseau, Richardson y Goethe, y, por otra, de la noveia analítica
395