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Naturalismo e impresionismo







                    pal.  Sería,  sin  embargo,  un  error  suponer  que  todo  esto  está  allí



                    para compensar al lector de la abstracción del contenido espiritual;


                    el autor quiere más bien provocar el sentimiento de que  los proce­


                    sos anímicos de que se trata son tan elementales como las más pri­


                    mitivas  acciones  impulsivas.



                               Hallamos  en  Dostoievski  otra  vez  la  galería  completa  de  los


                    héroes de la novela romántica de aventuras: el héroe hermoso, fuer­


                    te, misterioso y solitariamente byroniano (Stavrogin), el impulsivo



                    y violento y  sin escrúpulos,  peligroso, pero bonachón (Rogoshin y


                    Dimitri Karamázov),  las figuras luminosas y angelicales (Myshkin


                    y Aliosha),  la prostituta de aima pura (Sonia y Natasha Filipovna),


                    el  viejo  libertino  (Fiodor  Karamázov),  el  escapado  del  presidio



                    (Fedka),  el  borracho  perdido  (Lebiadkin),  etc.  Hallamos  en  él  to­


                    dos  los  requisitos  de la novela de  terror y de aventuras:  la mucha­


                    cha seducida y abandonada, la boda en secreto, las cartas anónimas,



                    el  asesinato  misterioso,  la  locura,  los  desmayos,  las  bofetadas  sen­


                    sacionales y, ante todo y repetidamente, las escenas de escándalo en


                    publicó,  que producen el  efecto de una explosión 181.  Estas  escenas


                    muestran  de  manera excelente  lo  que  Dostoievski  es capaz  de  ha­



                    cer con  los  medios  de  la  novela sensacionalista.  Le  sirven éstos  no


                    sólo,  como  se  debería  pensar,  para  producir  efectos  finales  y  rui­



                    dosos, sino que están presentes desde un principio como amenaza­


                    dor peligro y producen  la sensación de que  las  grandes pasiones  y


                    las  relaciones anímicas elementales  tocan siempre ios  límites de  lo


                    convencional y de lo permitido socialmente. Las utópicas islas psi­



                    cológicas en las que los  héroes  dostoievskianos viven su existencia


                    moral  resulta  que  son  una  estrecha  jaula  donde,  siempre  que  se


                    rompe la inmanencia de  su destino,  se llega a un  escándalo social.


                    Pertenece a la esencia de estas escenas de escándalo el  que se desa­



                    rrollen  en presencia de  la sociedad  más  mezclada  imaginable,  con


                    intervención de los elementos sociales más inconciliables. Tanto en


                    la gran escena de escándalo en casa de Natasha Filipovna en El idio­


                    ta,  como también en el de la casa de Varvara Petrovna en Los demo­



                    nios,  se  reúnen  todos  los  actores  del  drama,  como  si  el  autor qui­







                              181 Ibtd.f  págs.  135 sig.






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