Page 23 - Los caminos de Virginia
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Vásquez, Eugenio Sánchez Nieto, Rómulo Bustos Aguirre, León Gil, Victor Manuel Gaviria,

                  Gabriel Jaime Franco,  Orietta Lozano, Mery  Yolanda Sánchez, Armando Rodriguez

                  Ballesteros, Luis Fernando Baquero, Philip Potdevin, Hugo Chaparro Valderrama,  entre

                  otros. William Ospina, nacido en Padua, Tolima, el 2 de marzo de 1954, es incluido en este

                  conjunto de poetas.


                  Con respecto a la búsqueda de esa identidad poética de la que he hecho mención, en el caso

                  particular de Ospina se manifiesta en su polifonía, en sus múltiples voces y en las múltiples

                  formas (Cristo Figueroa denomina a esta manifestación “heterodoxia expresiva” (31-32)). A

                  través de sus poemarios encontramos romances, sonetos, haikus, cuartetos, versos libres,

                  sentencias y otras formas literarias. El poeta justifica esta pluralidad poética en su “Prólogo”

                  a Hilo de arena (1984):



                  “Alguna vez creí que sólo el metro riguroso y las rimas exactas podían conservar el vigor de la poesía, que me
                  parecía amenazado por las languideces de la prosa moderna. Ahora  sé, ahora creo saber,  que destrezas,

                  desorden, medida y frecuencias sonoras son sólo instrumentos posibles; que ningún recurso  puede ser
                  rechazado de antemano, porque cada poema es único y merece evolucionar por caminos propios a su manera

                  singular.” (2008, 49)


                  Ospina podría aparecer como un heredero de  la “Generación  sin  nombre”. Desde sus

                  poemas tempranos, incluso antes que publicara su primer poemario Hilo de arena en 1984,

                  se percibe la abundancia de referencias cultas y el lenguaje cifrado, cualidades que se han

                  anotado como características de este grupo. Muchos críticos han visto en su lenguaje una

                  fuerte influencia de Borges, es cierto, pero también considero que Ospina tiene un lenguaje

                  y paisajes  muy propios, paisajes que han brotado de su propia  experiencia tanto en el

                  interior del país, como de sus múltiples viajes a Europa. Cuando Ospina aclara en las notas

                  de su trabajo Hilo de arena que en su poema “El cañón del Patía” ha usado una línea de

                  Borges, el crítico Edgar O´Hara hace notar en su lectura que tal nota es innecesaria, que

                  aclarar la procedencia  de la frase no es garantía de una vacuna poética. En  seguida se



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