Page 25 - Los caminos de Virginia
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acude al lenguaje de construcción dislocada, elemento que comparte con la poesía de la

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                  Al mismo tiempo, la poesía de Ospina es posible inscribirla como poesía narrativa. A través

                  de sus poemas Ospina narra eventos desde múltiples perspectivas, haciendo referencia a

                  fechas, lugares, obras artísticas, personajes tanto históricos como anónimos, con la función

                  de simbolizar  todos los hombres y todos los tiempos.  Cristo Figueroa determina dos

                  manifestaciones narrativas en su poesía: las enunciaciones líricas y el monólogo interno. Al

                  referirse a las  enunciaciones líricas de la poesía de Ospina, Figueroa las define como la

                  expresión de una actitud lírica en la que el poeta enuncia situaciones y episodios, recrea

                  diversos acontecimientos, homenajea personajes o desata emociones al vivenciar

                  sensiblemente sucesos poco relevantes de la realidad (1996, 65).



                  En las enunciaciones líricas, la memoria juega un papel fundamental. William Ospina en su

                  crítica al periodismo contemporáneo titulado “Reflexiones sobre periodismo y estética”

                  publicado en Los nuevos centros de la esfera (2001), observa que “el periodista sólo alcanza a

                  detenerse en apariencias” y que “tiene que despachar pronto su tema presente porque el

                  tropel de los hechos sucesivos viene en avalancha y puede desbordarnos”. Recuerda con

                  cierta nostalgia las batallas nórdicas en donde los guerreros apartaban a uno de los suyos

                  para que pudiesen contar a la posteridad la lucha de sus héroes, su valor y su muerte. Habla

                  del “testigo solitario” y  su significado: del respeto por la memoria y  el lenguaje, de la

                  perduración y la inmortalidad, y la fe en el futuro (100-102).


                  En la enunciación lírica el narrador es el “testigo solitario”. Edgar O´Hara al referirse a este

                  viajero invisible, lo hace de la siguiente manera: “El protagonista de estos viajes (múltiples)

                  es un extraño que hurga en el tiempo. De ahí que se detenga en determinadas situaciones

                  para dar testimonio de  sus remembranzas. Se trata de una lírica que opera mediante la


                  recolección de  fragmentos de una realidad pasada” (“A merced del viento”, 1987).  El



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