Page 267 - Educación en Bolivia (Warisata) y México (Chuminópolis) Arturo Vilchis
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272 Educación en Bolivia (Warisata) y México (Chuminópolis)
“Así pues, aconsejo a mis compañeritos que trabajen, porque el
trabajo es la base de la libertad”. 50
El infante necesitaba estar en relación con sus semejantes, en
compañía de otros niños. Mediante las actividades debía com-
prender la relación que debía existir entre los derechos y deberes
de cada quien y la necesidad de justicia, logros que se manifesta-
rían a través de los juegos y el intercambio de ocupaciones de cada
sexo, de la coeducación. El intercambio de deberes, de ocupacio-
nes y actividades, formaría una voluntad autónoma que tendría
presente la de sus compañeros. 51
En la transformación del egoísmo en una moral solidaria, jugó
un papel trascendental el profesor o maestro, quien funcionó
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como un guía, un amigo: “En el profesor hallamos un amigo y
no un amo, si dudamos algo, se lo consultamos y gustoso nos lo
explica”. El guía que en un principio era necesario pero que
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posteriormente dejaría de funcionar. No como principio de au-
toridad en la educación de los niños, sino como la constitución
de un punto de partida natural, necesario aplicar a los niños de
baja edad, cuando su inteligencia aún no estaba desarrollada;
pero, como todo movimiento hacia la libertad y superación, impli-
có la negación progresiva del punto de partida, de la “revolución
50 Alfredo Valencia, “Lo que he sido y soy ahora”, en Oriente, Órgano de la
Escuela Racional, Mérida, vol. I, núm. 10, junio de 1918, p. 11.
51 “No solamente me dedico a los trabajos de taller sino también a los de
agricultura como mis demás compañeros”, José Ignacio Ramírez, “Mi vida en la
Escuela”, en Oriente. Órgano de la Escuela Racional, Mérida, vol. I, núm. 3, noviem-
bre de 1917, p. 10.
52 “[El maestro] debe trocar su misión instructiva en la de un hábil excitador
de la investigación educativa que conduce a una Educación racional. Por la liber-
tad y el interés del trabajo, el niño transforma su egoísmo en amor a su familia, a
su raza y a la humanidad, y será en consecuencia, un factor del progreso”, Mena,
“Escuela Racional”, op. cit., p. 4.
53 Alejandro Aznar G., “Cómo es mi escuela”, en Oriente. Órgano de la Escuela
Racional, vol. I, núm. 2, Mérida, octubre de 1917, p. 6.