Page 268 - Educación en Bolivia (Warisata) y México (Chuminópolis) Arturo Vilchis
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V. Plan-Programa de la Escuela Racional 273
permanente” a medida que la instrucción de los niños avanzaba,
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para dejar lugar a su libertad ascendente.
Una renuncia radical al orden pedagógico establecido significó
substituir el darwinismo social de la lucha de los más fuertes sobre
los más débiles y la sobrevivencia del más fuerte, por el humanis-
mo del apoyo mutuo. No se trató del desarrollo de los más aptos,
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aquellos que son físicamente más fuertes, hábiles y/o de mayor
intelecto, sino de la unión de fuertes y débiles para el bienestar de
toda su comunidad. Para ello, la disciplina se funda en la voluntad
de cada alumno y fue un proceso que iba nutriéndose siempre de
la reflexión, de la tolerancia y de la compatibilidad entre las liber-
tades personales de cada alumno. 56
Por tal motivo, suprimió la aplicación de exámenes, el proyecto
iba en contra de la consagración de la vanidad tanto en los alum-
nos como el egoísmo de los profesores, no se trataba de alcanzar
el primer puesto, de lograr ser más que los otros, para obtener
muestras de preferencia (regalos, etc.). Los exámenes se percibie-
ron con utilidad sólo desde la esfera de acción individual, el cono-
cimiento de cada individuo sólo podía valorarse desde el terreno
54 Para Kropotkin la educación es “ayudar a creer en lo colectivo, a formar
en todo hombre a formar su propia opinión sobre las cosas, a la revolución per-
manente”. P. Kropotkin, L’esprit de révolte, France, Editions Marée Notre, 2006, p.
15. La traducción es nuestra.
55 “Ella destruye el concepto de que la vida es una pugna de hombre a hom-
bre, en la cual se vence por la fuerza o por la astucia, desarrollando el sentimiento
de solidaridad y de ayuda mutua”. José de la Luz Mena, ¡Sólo la Escuela Racionalista
educa!, México, s/e, 1931, p. 33.
56 “No todos los niños demostraron interés por aprender a leer y escribir en
los primeros meses de ingreso, y esto se debe a que en plena libertad, la natura-
leza en cada niño reacciona en su desarrollo, de diferente manera que en otro
niño, aun cuando al alcanzar su mayor grado de eficiencia hubiese recorrido
mismas etapas de perfeccionamiento, esto es, haber llegado al punto final, sin
haber seguido el mismo camino”. “Deseos y psicología infantil”, Oriente, Órgano de
la Escuela Racional, Mérida, vol. II, núm. 2, octubre de 1918, p. 6.