Page 90 - Educación en Bolivia (Warisata) y México (Chuminópolis) Arturo Vilchis
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II. Indigenismo  93




            telectual y moralmente inferior, con la necesidad de ser tutora-
            do. Inicia una justificación del predominio racial y social, en esta
            supuesta inferioridad de los grupos indígenas, frente a los grupos
            de dominación, constituidos en su mayoría por población blanca.
               La intelectualidad boliviana, imbuida del darwinismo social y
            del positivismo liberal, al proclamarse los guías del desarrollo, tam-
            bién proporcionarán una reinterpretación de la historia nacional,
            estimando que la inestabilidad política al interior y la falta de uni-
            dad son consecuencias de la composición racial del país:

               Es notorio [sic] la tendencia de los mestizos a la pereza, a los litigios,
               al servilismo, a la intriga que son gérmenes de escándalo y de caudi-
               llaje; a eso se añade la estupidez y la cobardía del indio incaico, para
               perpetuar el despotismo en nuestra sociedad.
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            La clasificación, valorización y jerarquización de las poblaciones
            humanas se adaptaron a estratos sociales. Las fuerzas históricas y
            los grupos de élite justificaron su proceder con el darwinismo so-
            cial en su versión de racismo, y las prácticas que lo acompañaron
            buscaban justificar la desigualdad de accesos al poder y recursos,
            haciendo creer que esta desigualdad era natural, producto de un


               9   Para el intelectual y escritor decimonónico Gabriel René Moreno, la na-
            ción boliviana estaba muy cercana a la idea del argentino Faustino D. Sarmiento.
            René Moreno resumía la historia de Bolivia como una lucha entre la civilización
            y la barbarie determinada por valores biológicos. Los conflictos sociales tenían su
            origen en este hecho y el indio era el culpable de todos los males dados en el país,
            puesto que sus “células perniciosas y su mente inadecuada sólo encajaba en el
            colectivismo incaico” y por lo tanto resultaba “inepto para entender la democra-
            cia”. Barnadas Josep, Gabriel René Moreno, 1836-1908: drama y gloria de un boliviano,
            La Paz, Altiplano, 1988, p. 43. Pilar Mendieta también enfatiza la postura racista
            en el pensamiento de Gabriel René Moreno: “los indios eran seres inferiores y
            su eliminación no era un delito sino una selección natural, dura y repugnante
            tarea, pero que es impuesta por las necesidades de la industria”, Pilar Mendieta
            Parada, Indígenas en política. Una mirada desde la historia, La Paz, Instituto de Estudios
            Bolivianos, 2008, p. 170.
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