Page 91 - Educación en Bolivia (Warisata) y México (Chuminópolis) Arturo Vilchis
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94 Educación en Bolivia (Warisata) y México (Chuminópolis)
origen plasmado en la raza y/o en la cultura, y enajenando a la
sociedad, quienes acabaron asumiendo los prejuicios.
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indigenismo de estado
Desde la década de los años setenta del siglo xix, la élite guberna-
mental respaldada por la sociedad blanco-mestiza empezó a cons-
truir un discurso ideológico, social, político y económico sobre qué
hacer con el indígena. Por su parte, desde una posición moderada
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del ideario liberal, se consideró básica la integración como fuerza
laboral en las cuestiones económicas de las poblaciones indígenas.
Incorporación que consistió jurídicamente en la instauración de un
régimen político y económico moderno, en la destrucción de las
bases materiales de los actores colectivos institucionalizados y la
supresión jurídica de sus privilegios corporativos, del sistema jurí-
dico, político y económico anterior.
La forma de incorporación denotó un mecanismo de violen-
cia, misma que fue determinada por los grupos al servicio de la
gran propiedad terrateniente, al aplicar la expropiación y ab-
10 En una situación política confusa, después del episodio histórico conocido
como la Masacre de Mohoza (1903) cientos de indígenas aymaras fueron dete-
nidos y confinados a un proceso legal. Al mismo tiempo “arribó una expedición
francesa bajo la dirección de Crequi-Montfort y Senegal de la Grange, destina-
da a estudiar las diferencias existentes entre aimaras, quechuas y mestizos, gracias
a mediciones craneonométricas entonces en boga. Según los estudios, entre los
indios más sanguinarios, los aimaras se rebelaron como capaces de los actos más
salvajes”. Mendieta Parada, op. cit., p. 171. Los detenidos de Mohoza fueron cul-
pabilizados, y la prensa se encargó de difundir el proceso, aludiendo a la raza
aimara como salvaje, bárbara y decadente.
11 De 1884 a 1920 podemos señalar que no existió una diferencia ideológica
entre los grupos que gobernaron, si bien su agrupación bajo el Partido Conserva-
dor y el Partido Liberal no significó una oposición ideológica, como señala Carlos
Montenegro: “Los dos partidos rinden idéntica devoción al pensamiento liberal,
individualista y constitucionalista”, Carlos Montenegro, Nacionalismo y coloniaje, La
Paz, Biblioteca Paceña, 1953, p. 159.