Page 142 - El fin de la infancia
P. 142
A diferencia de Jenny, Jeff no tenía aparentemente ningún poder anormal sobre
los objetos físicos. Como había crecido un poco, quizá no necesitaba esos poderes.
No tenía otra rareza que una peculiar vida mental, y ya no se trataba sólo de los
sueños. Solía quedarse quieto durante horas y horas, con los ojos muy cerrados, como
si escuchase unos sonidos que nadie podía oír. El conocimiento entraba en su mente
—de alguna parte o de algún tiempo—, un conocimiento que pronto abrumaría y
destruiría la todavía no formada criatura que había sido Jeffrey Angus Greggson.
Y la perra Fey, echada a sus pies, lo miraba con ojos trágicos y asombrados,
preguntándose dónde estaría su amo y cuándo volvería.
Jeff y Jenny fueron los primeros, pero muy pronto se les unieron muchos otros.
Como una epidemia, extendiéndose rápidamente de país en país, la metamorfosis
infectó a toda la raza humana. No alcanzó prácticamente a nadie de más de diez años,
y no se salvó prácticamente nadie de menos de esa edad.
Era el fin de la civilización, el fin de los ideales que los hombres venían
persiguiendo desde los orígenes del tiempo. En sólo unos pocos días la humanidad
había perdido su futuro. Cuando a una raza se la priva de sus hijos, se le destruye el
corazón, y pierde todo deseo de vivir.
No hubo pánico. Lo hubiese habido, sí, un siglo antes. El mundo estaba ahora
como entumecido; las grandes ciudades tranquilas y silenciosas. Sólo las industrias
vitales seguían funcionando. Como si todo el planeta fuese un sollozo, un lamento
por lo que ya nunca sería.
Y entonces, como lo había hecho en una ocasión ya olvidada, Karellen le habló
por última vez a la humanidad.
www.lectulandia.com - Página 142