Page 145 - El fin de la infancia
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»Nuestras razas tienen mucho en común; por eso nos eligieron para esta tarea.
           Pero,  en  otro  sentido,  somos  los  extremos  de  dos  evoluciones  distintas.  Nuestras
           mentes han cumplido su desarrollo. Lo mismo que las vuestras, en su forma actual.

           Sin embargo, vosotros podéis dar otro paso, y esto es lo que nos distingue. Nuestras
           potencialidades están exhaustas; en cambio las vuestras no se han revelado todavía.
           Están  unidas,  de  un  modo  que  no  podemos  entender,  a  los  poderes  que  he

           mencionado, los poderes que ahora están despertando en el mundo.
               »Detuvimos  vuestros  relojes,  interrumpimos  el  curso  del  tiempo  mientras  esos
           poderes  se  desarrollaban  y  comenzaban  a  fluir  por  sus  verdaderos  canales.

           Mejoramos vuestros planetas, elevamos vuestros niveles de vida, os trajimos paz y
           justicia,  hicimos  lo  que  nos  pareció  necesario,  cuando  nos  vimos  obligados  a
           intervenir. Pero toda esta vasta transformación os apartó de la verdad, y sirvió así

           para que pudiésemos cumplir nuestros propósitos.
               »Somos vuestros guardianes, nada más. Muy a menudo os habéis preguntado qué

           lugar ocuparía vuestra raza en la jerarquía del universo. Hay algo que está por encima
           de nosotros, y que nos utiliza para sus propios fines. Nunca hemos descubierto su
           naturaleza, aunque hemos sido sus instrumentos durante siglos. No nos atrevemos a
           desobedecerle. Una y otra vez hemos recibido sus órdenes, hemos ido a algún mundo

           que se encontraba en la primera fase de su cultura, y le hemos enseñado el camino
           que nosotros nunca podremos seguir, el camino que vais a emprender ahora.

               »Hemos estudiado muchas veces el proceso que se nos ordenó vigilar, esperando
           poder  huir  un  día  de  nuestras  propias  limitaciones.  Pero  sólo  hemos  percibido
           lineamientos de la verdad. Nos llamasteis los superseñores ignorando la ironía del
           título.  Digamos  que  sobre  nosotros  hay  una  supermente  que  nos  utiliza  como  el

           alfarero utiliza su rueda.
               »Y vuestra raza es, la arcilla modelada por esa rueda.

               »Creemos —aunque es sólo una teoría— que la supermente trata de crecer, de
           extender sus poderes y su conciencia a todo el universo. Es hoy la suma de muchas
           razas, y ya ha dejado atrás la tiranía de la materia. Advierte en seguida la presencia de
           seres  inteligentes.  Cuando  supo  que  estabais  casi  preparados,  nos  envió  a  ejecutar

           esta orden, a disponeros para las transformaciones cercanas.
               »La raza humana cambió al principio con lentitud, durante siglos y siglos. Pero

           esta  es  una  transformación  de  la  mente,  no  del  cuerpo.  Si  se  la  compara  con  la
           evolución orgánica, es un cataclismo, algo instantáneo. Ha comenzado ya. La vuestra
           es la última generación del Homo sapiens.

               »En cuanto a la naturaleza del cambio, es muy poco lo que podemos deciros. No
           sabemos cómo se produce, qué impulso emplea la supermente cuando cree que ha
           llegado el momento. Sólo hemos descubierto que comienza con un simple individuo

           —un niño siempre— y luego se extiende de un modo instantáneo, como se forman




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