Page 65 - e-book
P. 65

AUTOR                                                                                               Libro
               zombis. Sus ojos se paseaban nerviosos por mi cara, así que supuse que después de
               todo, quizás no se me había dado tan mal lo de simular una voz normal.
                     —¿Dónde quieres cenar? —preguntó Jess.
                     —Me da igual.
                     —De acuerdo.
                     Jess comenzó a hablar sobre el protagonista masculino de la película mientras
               caminábamos. Asentí cuando ella se deshacía en elogios sobre lo buenísimo que
               estaba, aunque era incapaz de recordar ninguna otra cosa que no fueran zombis por
               todos lados.
                     No   me   di   cuenta   de   hacia   dónde   me   llevaba   Jessica.   Sólo   era   vagamente
               consciente de que todo estaba más oscuro y más tranquilo. Me llevó más rato de lo
               debido el darme cuenta del porqué de esa tranquilidad. Jessica había parado de
               charlotear. La miré con ganas de disculparme, con la esperanza de no haber herido
               sus sentimientos.
                     No obstante, Jessica no me miraba a mí, sino delante de ella. Su rostro estaba
               tenso y caminaba a buen paso. Cuando me giré para observarla, vi que sus ojos se
               desplazaban rápidamente a la derecha, a través de la calle, y luego volvían con la
               misma rapidez.
                     Eché una ojeada a mi alrededor por primera vez.
                     Estábamos   atravesando   un  corto   tramo   poco   iluminado   de   una  acera.  Las
               tiendas pequeñas  alineadas  a   ambos   lados   de  la   calle  cerraban  de  noche   y  los
               escaparates estaban a oscuras. Las luces de la calle volvían a alumbrar medio bloque
               más adelante y pude ver, allí, a lo lejos, los brillantes arcos dorados del McDonald's

               hacia el que se dirigía Jess.
                     Sólo había un negocio abierto en la otra acera. Las ventanas tenían las cortinas
               echadas   por   dentro   y   justo   encima   brillaba   un   rótulo   con   luces   de   neón   que
               anunciaba distintos tipos de cerveza. El letrero más grande, uno de un brillante color
               verde, era el nombre del bar: Pete el Tuerto. Me pregunté si sería una cervecería
               temática de piratas, aunque no se veía nada desde el exterior. La puerta de la calle se
               abrió de pronto; había poca luz en el interior, y un prolongado murmullo de muchas
               voces y el sonido del tintineo de los hielos en los vasos invadieron la calle. Había
               cuatro hombres apoyados contra la pared de al lado.
                     Me volví a mirar a Jessica. Tenía los ojos fijos en el camino de delante y se
               movía con brusquedad. No parecía asustada, sólo cautelosa, y procuraba no atraer la
               atención de esos tipos sobre ella.
                     Me detuve y volví la vista atrás para mirar a aquellos hombres sin pensarlo dos
               veces. Experimenté una fuerte sensación de déjà vu. Ésta era una calle diferente, una
               noche distinta, pero la escena se parecía mucho. También uno de ellos había sido bajo
               y moreno. Cuando me paré y me volví, fue el que me observó con interés.
                     Le devolví la mirada con fijeza, paralizada en la acera.
                     —¿Bella? —me susurró Jess—. ¿Qué haces?
                     Sacudí la cabeza, sin saber qué decir.
                     —Creo que los conozco... —murmuré.




                                                                                                     - 65 -
   60   61   62   63   64   65   66   67   68   69   70