Page 75 - veinte mil leguas de viaje submarino
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Inmensamente, señor profesor. Yo podría pagar sin difi-cultad los diez mil millones de
francos a que asciende la deu-da de Francia.
Miré con fijeza al extraño personaje que así me hablaba. ¿Abusaba acaso de mi credulidad?
El futuro habría de decír-melo.
14. El río Negro
En tres millones ochocientos treinta y dos mil quinientos cincuenta y ocho miriámetros
cuadrados, o sea, más de treinta y ocho millones de hectáreas, está evaluada la por-ción del
globo terrestre ocupada por las aguas[L9] . Esta masa líquida de dos mil doscientos
cincuenta millones de millas cúbicas formaría una esfera de un diámetro de sesenta le-guas,
cuyo peso sería de tres quintillones de toneladas. Para poder hacerse una idea de lo que esta
cantidad representa ha de tenerse en cuenta que un quintifión es a mil millones lo que éstos
a la unidad, es decir, que hay tantas veces mil mifiones en un quintillón como unidades hay
en mil millo-nes. Y toda esta masa líquida es casi equivalente a la que ver-terían todos los
ríos de la Tierra durante cuarenta mil años.
Durante las épocas geológicas, al período del fuego suce-dió el período del agua. El océano
fue universal al principio. Luego, poco a poco, en los tiempos silúricos, fueron
apare-ciendo las cimas de las montañas, emergieron islas que desaparecieron bajo diluvios
parciales y reaparecieron nueva-mente, se soldaron entre sí, formaron continentes y,
final-mente, se fijaron geográficamente tal como hoy los vemos. Lo sólido había
conquistado a lo líquido treinta y siete millo-nes seiscientas cincuenta y siete millas
cuadradas, o sea, doce mil novecientos dieciséis millones de hectáreas.
La configuración de los continentes permite dividir las aguas en cinco grandes partes: el
océano Glacial Ártico, el océano Glacial Antártico, el océano fndico, el océano Atlán-tico y
el océano Pacífico.
El océano Pacífico se sitúa del norte al sur entre los dos círculos polares, y del oeste al este
entre Asia y América, so-bre una extensión de ciento cuarenta y cinco grados en lon-gitud.
Es el más tranquilo de los mares; sus corrientes son anchas Y lentas; sus mareas,
mediocres; sus lluvias, abun-dantes. Tal era el océano al que mi destino me habí amado a
recorrer en las más extrañas condiciones.
Señor profesor me dijo el capitán Nemo , si desea acompañarme voy a fijar
exactamente nuestra posición y el punto de partida de este viaje. Son las doce menos
cuarto. Vamos a subir a la superficie.