Page 138 - Matilda
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Se  serenó  y  empezó  a  concentrarse  y,  esta  vez,  sintió  enseguida  el  efecto
      eléctrico que fluía dentro de su cabeza y se acumulaba detrás de sus ojos. Éstos
      se calentaban y comenzaban a salir de ellos millones de diminutas e invisibles
      manos como chispas, dirigiéndose hacia el puro. « Muévete» , murmuró, y, con
      gran sorpresa, el puro con su vitola de color rojo y oro empezó a rodar casi al
      instante por la parte superior del tocador y cayó a la alfombra.













        Matilda disfrutó con el ensayo. Era fantástico poder hacer aquello. Era como
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