Page 63 - Matilda
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—Matilda no tiene ningún problema —explicó la señorita Honey—. He
venido a traerle buenas noticias. Noticias bastante asombrosas, señor Wormwood.
¿Puedo pasar unos minutos y hablar con ustedes de Matilda?
—Estamos viendo uno de nuestros programas preferidos —dijo el señor
Wormwood—. Su visita es un poco inoportuna. ¿Por qué no viene en otra ocasión?
La señorita Honey empezó a perder la paciencia.
—¡Señor Wormwood, si cree usted que un nauseabundo programa de
televisión es más importante que el futuro de su hija, no debería ser padre! ¿Por
qué no apaga ese maldito aparato y me escuchan?
Eso desconcertó al señor Wormwood. No estaba acostumbrado a que le
hablaran de aquella forma. Miró atentamente a la delgada y frágil mujer que
permanecía tan resueltamente en el porche.
—Muy bien —aceptó bruscamente—. Entre y hablaremos de ello.
La señorita Honey entró con paso decidido.
—A la señora Wormwood no le va a hacer gracia —dijo el hombre, mientras
la conducía al cuarto de estar, donde una mujerona rubia platino miraba
entusiasmada la pantalla del televisor.
—¿Quién es? —preguntó la mujer, sin mirar.
—Una profesora de la escuela. Dice que tiene que hablar con nosotros de
Matilda —se acercó al televisor y quitó el sonido, dejando la imagen.
—¡No hagas eso, Harry! —gritó la señora Wormwood—. ¡Willard está a
punto de declararse a Angelica!