Page 77 - Matilda
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La Trunchbull seguía en el patio, frotándose las manos.
—No está mal —dijo—, teniendo en cuenta que no estoy bien entrenada.
Nada mal.
Luego, se marchó.
—Está loca —dijo Hortensia.
—Pero ¿no protestan los padres? —preguntó Matilda.
—¿Lo harían los tuyos? —respondió Hortensia—. Yo sé que los míos no. Trata
a las madres y a los padres igual que a los niños y todos le tienen un miedo
espantoso. Ya os veré en otro momento —y dicho esto se alejó de ellas.