Page 67 - Primer libro VIM
P. 67
Se requiere un modelo diferente, que se centre en la persona con discapacidad, en sus anhelos y
aspiraciones; y, no solamente en sus lesiones o pérdidas o en las deficiencias del ambiente. Y que logre
reconocer, desde una auténtica semiología de la discapacidad, su rica dimensión social. Aquélla en la que
de alguna manera ya está integrada: formando parte de esa gran humanidad discapacitada; en la que está
llamada a escribir una historia común de rehabilitación, junto a todos sus pares: los demás seres humanos.
Un modelo así, capaz de reconocer que la PCD no solo quiere vivir su individualidad en plenitud, sino que
anhela diseñar y construir la historia de su vida en compañía de sus hermanas y hermanos, sin importar su
tipo de chuequez, es más congruente con la infinita, rica y diversa naturaleza humana.
La integralidad que busca VIM, comprende -por ahora al menos-, tres aspectos esenciales:
1) DE ENFOQUE: ni sólo médico ni sólo social; un modelo, por definición, tiene que ser integral. Debe
satisfacer todas las necesidades humanas de las personas con discapacidad, las más profundas:
instintivas, motoras, sexuales, emocionales, racionales ¿hay acaso algún sector en la sociedad que
pueda conformarse con la satisfacción de sólo una parte de sus necesidades? Esa es la integralidad
de enfoque por la que trabajamos y a la que aspiramos las PCD del Modelo VIM.
2) DE COBERTURA: no necesitamos un mundo para personas con discapacidad y otro para personas
sin discapacidad. Empezando, porque este segundo universo, no existe; no tiene base científica.
Construir un mundo, en cambio, en el que reconozcamos que es obvio que la humanidad entera
requiere rehabilitación y en el que cada ser humano está obligado a asumir la responsabilidad de
su propia discapacidad, para no recurrir a la lástima, la conmiseración, el chantaje, la violencia o
el abuso; eso sí nos parece que tenga sentido. Las personas en silla de ruedas del Modelo VIM,
queremos y estamos dispuestas a construir, de la mano de las y los parados, una historia común
de rehabilitación; y, a compartir nuestra experiencia y conocimientos, para contribuir a que cada
quien descubra su verdadero camino hacia una vida auténticamente humana.
3) DE SUSTENTO NORMATIVO: las personas con discapacidad no queremos usurpar derechos. La
Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad plantea fundamentalmente
exigencias, de las cuáles deben responder los “Estados Partes” ¿pero quiénes son los Estados
Partes? Pues son las mismas personas, que desde su propia realidad, están ocupando un puesto
en el Gobierno, intentando resolver su propia vida y con mucha frecuencia, recurriendo a la
conmiseración, al chantaje, a la violencia y al abuso: ¿debemos sentarnos a esperar una respuesta de
estas personas, que en VIM sabemos, están lidiando –conscientes o no- con su propia discapacidad
emocional y quizá otro tipo de discapacidades? Nos parece que puede ser mucho más eficaz, en
cambio, seguir la recomendación de Naciones Unidas -que es la misma de Ghandi, por cierto-:
partiendo de la Declaración de los Deberes (DRDH) hacer un listado de las responsabilidades que
deben asumirse y cumplirse primero, por nosotras mismas –personas con discapacidad: paradas
y no paradas; motoras y no motoras- antes de pretender exigírselo a un ente abstracto como el
Gobierno que, a final de cuentas, está integrado por nosotras mismas.
Hacia ese Modelo Integral de Personas con Discapacidad, Rehabilitadas e Independientes, va dedicado
este texto. Esperamos que aún con sus propias limitaciones, este documento pueda contribuir a seguir
reflexionando en torno a éste y mejores propósitos.
66