Page 62 - Primer libro VIM
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La reflexión anterior, puede parecer exagerada, pero Rosita Edler se encarga de desmentirlo, con la cita
lapidaria de autoría brasileña que incluye en su texto: “si en la Antigüedad los recién nacidos discapacitados
eran lanzados desde las alturas del monte Taigeto, en nuestra civilización se les sigue lanzando igualmente
a un vacío de significación desde las alturas de la Ciencia”.
En las siguientes líneas, Rosita Edler se encarga de ubicar el debate en su justa dimensión y lo hace con
una elegancia deliciosa: no se trata de juzgar a nadie -señala-; de lo que debemos tomar conciencia es que
como humanidad tenemos una gran necesidad de “esclarecer más las prácticas de significación implícitas
en el modelo médico y los efectos perversos que éstas han asumido”.
Está tan mal enfocado el significado de la discapacidad en el mundo, que en pleno siglo XXI; en un mundo
marcado por grandes progresos humanísticos (como la Declaración Universal de los Derechos Humanos)
y científicos (como el descubrimiento de la física cuántica y otros misterios del Universo) sigue siendo un
escándalo y toda una tragedia familiar, el “momento de la noticia”: cuando los padres se enteran de que
el hijo o hija que esperaban, ha nacido con una discapacidad. Algo urgente hay que hacer, sugiere Rosita,
para transformar esa sensación de fatalidad y deshonra, que rodea y envuelve la aparición de una hija o un
hijo con discapacidad en el seno de una familia y en el seno de la sociedad.
Es aquí donde Rosita se acerca al mismo punto álgido al que nos hemos acercado nosotros y de alguna forma
sugiere una reflexión muy similar a la que dedicamos todo un capítulo de esta sistematización de nuestra
experiencia como Modelo de Integración Social “Vida Independiente México para Personas con Discapacidad”.
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Rosita lo dice de esta manera (la citamos textualmente , para apreciar su aporte en todo su valor):
“Resumiendo las contribuciones del psicoanálisis, se puede decir que la discapacidad incomoda, a veces
mucho, pues lo que sucede es que un hombre ve en otro sus propias imperfecciones, cosa que le produce
sentimientos contradictorios marcados por el disgusto. Al fin y al cabo, todos preferimos ver nuestro lado
fuerte y bello, sin fallas ni imperfecciones”.
Refuerza su idea con numerosas alusiones a lo que ella llama narcisismo y que nos parece interesante
resaltar: “La presencia de la discapacidad en cualquiera de sus manifestaciones (sensoriales, físicas,
mentales, neurológicas, múltiples, etc.) como que abre una herida narcisista…”. Y prosigue: “Son narcisistas
las personas que sobreestiman sus capacidades o exageran sus realizaciones, a veces de manera presuntuosa
o arrogante, desvalorizando a cualquier otro que frustre sus expectativas de perfección... Las fantasías de
los padres cuyo narcisismo ha sido afectado por el nacimiento y la presencia de un “hijo especial”, y su
desilusión por el engendramiento de este hijo con quien no se identifican, se extiende a los hermanos
y a toda la familia; y, en consecuencia a la sociedad, constituyéndose en un factor que contribuye a la
segregación social a que han sido condenadas tantas personas”.
Finalmente, concluye diciendo: “En la actualidad vemos que muchas personas viven en una constante
búsqueda de la silueta perfecta, dentro de un creciente culto al narcisismo que se ve materializado en la
preocupación por la estética corporal, por la apariencia, por la imagen, por el endiosamiento del propio yo.
Sin duda, esta búsqueda de la perfección exacerba la diferencia respecto a lo que se percibe e interpreta
como imperfecto, feo e indeseable… Los medios…a diario…nos bombardea(n) con imágenes y relatos de
belleza, poder y fama, que son sinónimos del éxito y alimentan los rasgos narcisistas… (que nos impiden)
comprender los Mecanismos (narcisistas) de negación y de rechazo de las personas con discapacidad,
en la medida en que tales manifestaciones, las cuales surgen en la vida familiar, en la escuela y en el
trabajo, pueden ser interpretadas como una forma de negación o de rechazo de nuestros propios defectos;
generando mecanismos de exclusión”.
26 Ob. Cit., p. 132
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