Page 144 - 01 Einstein
P. 144

Refiriéndose al artículo original de Bohr, el físico Alan Light-
                      man apunta cómo la borrosidad cuántica se infiltraba ya en el len-
                      guaje de los científicos:

                          Llama poderosamente la atención que Bohr describa a los electrones
                          «pasando» de una órbita a otra, a pesar de que no pueda aportar
                          ninguna imagen física de lo que significa este verbo. Su interpreta-
                          ción sugiere que el electrón no puede ocupar el espacio entre órbitas
                          de ningún modo conocido. De lo contrario, radiaría energía conti-
                          nuamente. De algún modo, el electrón puede empezar en un nivel de
                          energía, que corresponde a una órbita, y de pronto reaparecer en
                          otra órbita con otro nivel de energía. Acabo de emplear el término
                          «reaparecer».  Bohr utiliza la palabra «pasar». Algunos científicos
                          usan «saltar». Pero, en realidad, carecemos del vocabulario apropia-
                          do para describir un fenómeno semejante, puesto que todo nuestro
                          vocabulario procede de la experiencia humana del mundo.

                          El modelo de Bohr se ajustaba como un guante al átomo más
                      sencillo, el hidrógeno. A medida que incorporaba más electrones,
                      sin embargo, y a pesar de que seguía arrojando luz sobre la esta-
                      bilidad y el comportamiento químico de los elementos, se hacía
                      patente que no era el final del camino, sino una estación de paso.
                          Bohr había puesto encima de la mesa una imagen clara del
                      átomo,  pero dejaba demasiadas preguntas sin responder.  Por
                      ejemplo, los fotones se emitían con una dirección y en un mo-
                      mento precisos. ¿Qué determinaba ambos? ¿Por qué al circular
                      por las órbitas permitidas el electrón no radiaba energía y sí lo
                      hacía cuando saltaba? El modelo era un híbrido de física nueva y
                      tradicional. Werner Heisenberg (1901-1976) llegó a la conclusión
                      de que lo que tenía de bueno era lo que tenía de extraño, y que su
                      único lastre era lo que todavía tenía de clásico.  Para progresar
                      debía volverse más extraño aún.
                          La subversiva visión de Heisenberg se fraguó como culmina-
                      ción de un proceso febril.  En pleno verano de 1925 se había refu-
                      giado en la isla de Heligoland, en el mar del Norte, víctima de un
                      severo ataque de alergia. A falta de antihistamínicos, que entonces
                      no se habían inventado, combatía la rinitis reflexionando sobre la






          144         LAS ESCALAS DEL MUNDO
   139   140   141   142   143   144   145   146   147   148   149