Page 56 - 20 Euclides
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l. Las rectas AB y CD se cortan en
             e                                      el punto E (enunciado).
                                                  2. Queremos ver que los ángulos
             A~                            B        <.AED y <CEE son iguales.
                                                  3. Los  pares de  ángulos  <CEE y
                   ~D  <CEA;  <CEA  y  <.AED  suman,
                                                    respectivamente,  dos  ángulos
                                                    rectos (Libro I, proposición 13).
                         4. Luego los pares de ángulos <CEE y <CEA; <CEA y <AED,
                           juntos, son iguales (postulado 4 y noción común 1).
                         5. Si quitamos, de ambos pares, el ángulo <CEA, los ángulos
                           resultantes <CEE y <.AED son iguales (noción común 3).
                           QED.

                         Observemos el recurso a definiciones, proposiciones ya de-
                     mostradas, nociones comunes y postulados. Con ellos, mediante
                     un proceso de concatenación de construcciones y de enunciados
                     llegamos a lo que se demanda a partir de lo que se propone. Y ob-
                     servemos la enorme eleg'.311cia de dichas demostraciones que pro-
                     viene de su simplicidad.
                         Pero Euclides no siempre recurría a la demostración directa;
                     a veces precisaba de un método indirecto de demostración: la re-
                     ducción al absurdo.  En dicho método se postula lo contrario de
                     lo que se quiere establecer -aquí el maestro Euclides y el alumno
                     «lector»  deben estar de acuerdo- y, razonando, se llega a una
                     proposición y su negación, un resultado inadmisible. En conse-
                     cuencia, el postulado inicialmente aceptado es falso, y su contra-
                     rio -que es lo que se quiere demostrar- es cierto. He  aquí un
                     presupuesto «lógico» que no se explicita nunca: de dos sentencias
                     opuestas -una es la negación de la otra- necesariamente una es
                     cierta, y la otra, falsa. Aunque Euclides no explicitara en ningún
                     momento el método de la reducción al absurdo, lo utilizó muchí-
                     simo. Este método de demostración, difícilmente justificable por
                     análisis, es esencialmente aristotélico y pertenece al ámbito de la
                     síntesis.
                         Llegados a este punto, consideremos ahora un nuevo ejemplo
                     en que se observa cómo Euclides recurría, en las demostraciones






          56         LA ESTRUCTURA DE  LOS «ELEMENTOS»
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