Page 67 - 20 Euclides
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2.  Une B con E (postulado 1) y  lo dobla (postulado 2 y  Libro 1,  proposición
                 2). Obtiene el  punto Z.

                3. Lo une con el  punto G (postulado 1). Obtiene dos triángulos iguales (Libro
                 1,  proposición 4), puesto que los lados ZE y EG del triángulo t>.ZEG  son
                 respectivamente  iguales a los lados BE y  EA  del triángulo c:,BEA,  por
                 construcción, y  los ángulos <GEZ y  <AEB son opuestos por el  vértice y,
                 por lo tanto, iguales (Libro 1,  proposición 15).  Luego, ambos triángulos
                 son  iguales y el  ángulo <EGZ (que se añade al  ángulo <AGB) es  igual al
                 ángulo <BAG, que es lo que quería.

              Euclides obtenía este resultado  porque el  punto Z  cae  dentro del  ángulo
              <AGD. Pero lno podría haber caído fuera? En  la  figura se  observa que sí es
              posible. La  respuesta a la  pre-
              gunta anterior, que Euclides no
                                                     A
              llega a  facilitar  por el  simple
              hecho de que ni  siquiera se  la
              había planteado, es  que «no»,
              porque «sus»  líneas  rectas no
              tienen torsión. Lo da  por evi-
              dente, pero cuando más ade-
              lante se analice el postulado de                  '
              las paralelas, se verá que estas                   '  '
              ausencias lógicas minan algu-                         '
              nas  demostraciones de forma   B             G
              fatal.                                                  z






            ¿Qué garantiza, según Euclides, la existencia de este punto C?
        Nada, salvo la imagen que acompaña la demostración. Pero este
        recurso no es admisible, porque la imagen solo es correcta si el
        punto C existe (recordemos las falsas imágenes de triángulos im-
        posibles en la demostración por reducción al absurdo).
            Es curioso que Euclides, en el postulado 5, impusiera que «en
        ciertas condiciones», dos rectas se cortan:  «existe un punto que
        pertenece a la vez a ambas», y que, en cambio, en el caso de las
        circunferencias, lo diera por tan evidente e irrefutable que ni si-
        quiera hubiera que imponerlo. A todos los efectos, se trata, nueva-
        mente, de un postulado «oculto».






                                        EL  LIBRO I Y LA GEOMETRÍA DEL UNIVERSO   67
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