Page 113 - 25 Maxwell
P. 113
noulli no tuvo éxito, pues por aquella época se creía que el calor
era la expresión sensible de un misterioso fluido imponderable
que se movía de un cuerpo a otro, el calórico. Y aunque su tratado
se convirtió en una obra de referencia para quien deseara saber
todo lo necesario sobre dinámica de fluidos, esta propuesta fue
olvidada. Dos años más tarde, en 184 7, John Herapath proporúa en
Mathematical Physics que las propiedades de un gas eran resul-
tado de la energía cinética de las partículas, lo que lo convierte en
la primera persona en calcular la velocidad media de los átomos
de un gas. Tan1poco nadie le prestó atención.
«Podemos encontrar ejemplos de las más elevadas doctrinas
de la ciencia en los juegos y la gimnasia, en los viajes
por tierra y por agua, en las tormentas del cielo y del mar,
y dondequiera que haya materia en movimiento.»
- JAMES CLERK MAXWELL.
El trabajo de W aterston durmió el sueño de los justos hasta
que en 1892 John William Strutt (1842-1919) -o tercer barón de
Rayleigh, como le conocen los físicos- lo descubrió en los archi-
vos y lo publicó en la revista de la sociedad. Pero Waterston ya no
estaba para verlo. Este ingeniero que marchó a la India en 1839
contratado por la Compañía de las Indias Orientales y que regresó
a su natal Edimburgo en 1857 para dedicarse en cuerpo y alma a
la ciencia del calor, desapareció sin dejar rastro el 18 de junio de
1883. Salió a dar un paseo por los canales de Edimburgo y nunca
más volvió a aparecer.
Realmente, el pobre Waterston tuvo mala suerte: no solo su
artículo fue rechazado, sino que tampoco le hicieron caso cuando
presentó sus ideas en una comunicación a la Asociación Británica
para el Avance de la Ciencia en su reunión anual de 1851. En ella,
dijo lo siguiente:
El equilibrio en presiones y temperaturas entre dos gases tiene lugar
cuando las cantidades de átomos por unidad de volumen son iguales
y cuando la fuerza viva [ energía cinética] de cada átomo es la misma.
CALOR, ENERGÍA, ENTROPÍA Y ÁTOMOS 113