Page 164 - 25 Maxwell
P. 164

con suerte, decía, en diez años alcanzaria la calidad de una univer-
                    sidad alemana de provincias.
                        El laboratorio se construyó entre la primavera de 1872 y el
                    otoño de 1873. Justo ese año aparecía la gran obra de Maxwell,
                    los dos volúmenes de A Treatise on Electricity and Magnetism,
                    cuya importancia se encuentra a la altura de los Principia ma-
                    thematica de Isaac Newton. En unas mil páginas, Maxwell realiza
                    una soberbia síntesis de todo lo que se sabía hasta la fecha sobre
                    el electromagnetismo y expone su particular enfoque, que se con-





               CAVENDISH, EL SOLITARIO OBSESIVO
               Nacido en  Niza,  hijo de un  lord  inglés,
               Henry Cavendish (1731-1810)  estudió en
               la  Universidad  de Cambridge, pero  la
               abandonó antes de acabar sus estudios
               por su completa falta de interés hacia las
               formalidades convencionales.  Cavendish
               tenía un carácter excéntrico y  despista-
               do. Vivió toda su  vida como un recluso:
               detestaba la compañía de otros hombres
               y le aterrorizaba la  de las mujeres, hasta
               tal punto que tenía prohibido a sus  sir-
               vientas cruzarse con él  por los pasillos.
               Únicamente  se  comunicaba  con  ellas
               mediante notas escritas. A  un personaje
              tan huraño e introvertido sólo le quedan dos salidas: el  suicidio o la obsesión
              compulsiva. A  Cavendish le salvó su  obsesión por la  ciencia, por experimen-
              tar. Su  devoción era tal que en sus experimentos sobre la electricidad medía
               la  intensidad de la  corriente por la  gravedad de las descargas que sufría; se
               usaba a sí mismo como amperímetro.

              Todo por la ciencia
              Además de sus  trabajos sobre la  electricidad, Cavendish fue el  primero en
              descomponer el agua en oxígeno e hidrógeno. Acorde a su  personalidad, no
              le importaba en absoluto la  fama y  apenas se  preocupaba por que el  resto
              de los científicos conocieran el  resultado de sus  investigaciones. Vivía por y
              para la ciencia en total soledad, esa misma soledad que había asumido como
              opción de vida. Incluso cuando su  salud se  quebró, exigió morir como había
              vivido, solo. Cavendish, de quien se pudieron conocer sus trabajos gracias a los








         164        EL CAVENDISH
   159   160   161   162   163   164   165   166   167   168   169