Page 81 - 08 Boltzmanm
P. 81

Este  comentario  marginal  de  Boltzmann presentó,  y pre-
        senta, numerosas dificultades a la comunidad física por lo que
        respecta a la flecha del tiempo, es decir, la dirección que apunta
        de pasado a futuro. A pesar de que se comentará extensivamente
       más adelante, vale la pena hacer un pequeño resumen: Boltzmann
       señalaba que la segunda ley tenía que ser aplicable tanto al pa-
       sado como al futuro, ya que se limitaba a afinnar que los cuerpos
       tienden a ocupar el estado más probable. Si uno mira al pasado
       distante y se pregunta cuál es el estado más probable en el que
       este se puede encontrar, l_a respuesta obvia es «un estado de en-
       tropía alta», lo que significa un universo altamente uniforme, en
       muerte térmica. De hecho, el problema es mucho mayor de lo que
       parece:  el cálculo de probabilidades señala que es mucho más
       probable que el pasado que damos por sentado sea una ilusión
       y que, de hecho, el sujeto ( es decir, la persona que está teniendo
       la experiencia) no sea más que una fluctuación estadística en un
       universo en muerte térmica. A día de hoy se han propuesto varias
       soluciones a esta paradoja, ninguna de ellas plenamente aceptada
       por la comunidad científica.




       EL GRAN ARTÍCULO DE 1877: EL NACIMIENTO
       DE LA MECÁNICA ESTADÍSTICA

       La crítica de Loschmidt y sus propias intuiciones plasmadas en
       el artículo anterior llevaron a Boltzmann a desarrollar un nuevo
       trabajo: «Sobre la relación entre el segundo teorema principal de
       la teoría mecánica del calor y el cálculo de la probabilidad con
       respecto a los resultados del equilibrio térmico». Es posible que,
       a pesar de no decirlo explícitamente en su escrito de respuesta,
       las objeciones presentadas le obligaran a replantearse su visión
       de la segunda ley y a aceptar que la influencia de la teoría de la
       probabilidad en esta era mucho mayor de lo que había pensado en
       un principio. No es de extrañar, entonces, que su segunda publi-
       cación de 1877 fuera un verdadero tratado de probabilidad, donde
       las consideraciones físicas pasaban a un plano secundario.






                                         PROBABILIDAD, DESORDEN Y ENTROPÍA   81
   76   77   78   79   80   81   82   83   84   85   86