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técnico y en él se daba una nueva derivación del segundo principio,
usando un método totalmente diferente y dando un salto concep-
tual que marcó el nacimiento de la física estadística
El primer artículo empezaba con una explicación, más clara
si cabe que la del propio Loschmidt, de la objeción de este último.
Rezaba así:
Ya que la entropía decrecería al pasar el sistema por esta secuencia
a la inversa, vemos que el hecho de que la entropía aumente en
todos los procesos físicos de nuestro mundo no puede ser deduci-
do solamente de la naturaleza de la fuerza actuando entre las par-
tículas, sino que debe ser una consecuencia de las condiciones
iniciales.
El hecho de que Boltzmann fuera capaz de exponer la obje-
ción de forma tan sucinta muestra que tenía una comprensión
meridiana de los argumentos de su amigo. La continuación no
debió de hacer muy feliz a Loschmidt, ya que se afirmaba: « Uno
ve que esta conclusión es muy seductora y debería llamarla un
sofisma interesante». El uso de la palabra «sofisma» era insul-
tante y muestra que Boltzmann no estaba nada contento con el
ataque de quien había sido su maestro. Su respuesta haría que
la relación con Loschmidt se viera dañada y no fue recuperada
tímidamente hasta que Boltzmann mismo intentó reconstruir
puentes en la década de 1890, poco antes de la muerte de su
mentor.
La crítica de Loschmidt obligó a Boltzmann a plantearse va-
rios aspectos de su artículo de 1872. El desarrollo más destaca-
ble fue su admisión, por primera vez, de que la segunda ley de la
termodinámica no tenía por qué cumplirse siempre, sino solo en
una inmensa mayoría de los casos. Así, afirmaba: «Uno puede solo
demostrar que, después de un cierto intervalo, un número infinita-
mente mayor de estados iniciales conducirá a uno uniforme antes
que a uno no-uniforme». Es decir, la segunda ley predecía que era
mucho más probable que un sistema evolucionase a un estado
uniforme -léase, mayor entropía- que a otro menos uniforme,
pero no exigía que esa evolución se diera siempre.
PROBABILIDAD, DESORDEN Y ENTROPÍA 77