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muy prácticos que pretenden, sobre todo, mejorar el funciona-
                    miento de los instrumentos ópticos por antonomasia, microsco-
                    pios y telescopios. El trato que se le da a los sistemas lenticulares
                    y a la aberración, tanto esférica como cromática, es muy acertado.
                    Las conclusiones son contrarias al criterio de Newton de que no
                    se podía combatir con lentes la aberración cromática Un experi-
                    mentador inglés, John Dollond (1706-1761),  demostró la certeza
                    de las tesis eulerianas que recomendaban el uso de dos vidrios
                    distintos para construir lentes acromáticas.
                        Ya se ha comentado ante1iormente el interés que Euler pro-
                    fesó a las cuestiones astronómicas, en concreto, a la teoría de los
                    tres cuerpos, el movimiento cometario y el estudio de la Luna. Su
                    gran centro de atención terminó siendo el movimiento de la Luna.
                    En 1770 añadió otro Grand Prix a su lista cuando, conjuntamente
                    con su hijo Johaim Albrecht, fue galardonado por un ensayo sobre
                    el problema de los tres cuerpos aplicado al movimiento lunar ---en
                    1748 Euler ya había ganado uno sobre el mismo tema-; pero no
                    pareció haberse fatigado por la materia, pues, en 1772, lo volvió
                    a ganar sobre la misma cuestión y esta vez lo compartió con La-
                    grange.
                        Sin embargo, quedaron sueltos unos flecos importantes y
                    Euler analizó nuevamente, en 1772, las muchas irregularidades
                    del moviminto de la Luna dedicándole un libro de 791 páginas,
                    Theoria motuum lunae (Teoría del movimiento de  la Luna).
                    Escrito en dos partes, la segunda presenta casi solo tablas de
                    situación -una de ellas ocupa 144 páginas-,  obtenidas a tra-
                    vés de métodos innovadores y cálculos muy laboriosos, en las
                    que se tienen en cuenta las elongaciones del Sol y la Luna, la
                    excentricidad, el paralaje o la inclinación del plano orbital lunar.
                    Aunque para llevar a  cabo esta ingente labor se rodeó de sus
                    mejores colaboradores, no deja de ser un ejercicio intelectual
                    de gran mérito.
                        En 1773 regresó de nuevo a los temas navales con Theorie
                    complete de la construction et de la manoeuvre des vaisseaux
                    (Teoría completa de  la construcción y  de la maniobra de  los
                    buques), que sorprende por su casi ausencia de fórmulas mate-
                    máticas.






         142        SEGUNDA ESTANCIA EN  RUSIA:  EULER Y LA TEORÍA DE NÚMEROS
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