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EL DÍA EN  QUE EULER DEJÓ DE CALCULAR

                      La muerte sobrevino a Euler - rico, respetado, en algunos am-
                      bientes directamente reverenciado-, mientras trabajaba. Según
                      el relato del historiador Yushkevich, la muerte de Euler, a los 78
                      años, fue así:

                          El 18 de septiembre de 1783, Euler invirtió la mayor parte del día del
                          modo usual. Dio su lección de matemáticas a uno de sus nietos, hizo
                          algunos cálculos con la tiza sobre dos pizarras sobre el movimiento
                          de los globos aeróstáticos; luego discutió con Lexell y Fuss el recien-
                          te descubrimiento de Urano. Sobre las cinco de la tarde sufrió una
                          hemorragia cerebral y dijo solo «Me estoy muriendo» antes de perder
                          la consciencia. Murió alrededor de las once de la noche.

                          El relato debe de ser bastante fiel,  pues entre los artículos
                      póstumos, terminados por su hijo, figura el de los globos Montgol-
                      fier, los globos aerostáticos. Que su muerte fue súbita y que Euler
                      se apercibió de ella también ha sido corroborado por más de un
                      testigo.
                          Tras el fallecimiento del sabio, llegó la hora de los elogios
                      fúnebres.  Los más notables, auténticas biografías laudatorias de
                      regular extensión, son dos. Fueron escritos, el primero, por su
                      nieto político Fuss, a quien le correspondía por derecho propio
                    . dado su parentesco y el alto cargo que desempeñaba en la Acade-
                      mia. El otro lo escribió el marqués de Condorcet (1743-1794) para
                      la Academia francesa.  La línea final del elogio de Condorcet es
                      bella y elocuente y podría aplicarse en cierto sentido al presente
                      volumen. Termina diciendo: «Dejó de calcular y dejó de vivir».



















          144        SEGUNDA ESTANCIA EN  RUSIA: EULER Y LA TEORÍA DE NÚMEROS
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