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PIERRE BOUGUER, PADRE DEL-A ARQUITECTURA NAVAL

              El  nombre de Pierre Bouguer (1698-1758)
              raramente aparece en los libros de mate-
              máticas, a excepción de los dedicados a su
              aplicación en hidrografía, donde Bouguer
              es  tenido por toda una autoridad y  con-
              ceptuado como uno de los padres indis-
              cutidos de la arquitectura naval. Este cien-
              tífico bretón, destacó por su  precocidad;
              a los quince años dominaba de tal manera
              los conocimientos físicomatemáticos que
              sucedió a su propio padre -uno de los me-
              jores especialistas de su  época- al  frente
              de su cátedra de hidrografía al quedar va-
              cante por la  muerte de su  progenitor. En
              1727, con menos de treinta años, Bouguer
              ganó el  Grand Prix de la  Academia de las
              ciencias de París con una memoria sobre
              la óptima disposición de los mástiles de un
              buque, galardón que conseguiría en  dos
              ocasiones más. Euler, quien quedó segun-
              do en el citado certamen, consiguió doce
                                                 Estatua de Pierre Bouguer junto al  río
              Grand Prix a lo largo de su  vida.   Loire, erigida en  Le Croisic, su  lugar
                                                 de nacimiento.
              El  legado de Bouguer
              Recién cumplida la treintena, Bouguer real izó contribuciones importantísimas
              a la  fotometría analizando la  disminución de la  luz al  atravesar capas de aire.
              En 1747, inventó el  heliómetro, que fue mejorado luego por Joseph Fraunhofer
              (1787-1826) y tantos avances ha permitido a la espectrografía y la física en ge-
              neral. A los treinta y siete años se embarcó con Charles-Marie de La Condamine
              y Louis Godin en una expedición científica a Perú destinada a medir un grado
              del meridiano terrestre próximo al ecuador, que culminó en  la  determinación
              del ensanchamiento ecuatorial del globo terráqueo. También, dio a conocer una
              anomalía gravitatoria,  que lleva su  nombre, la anomalía de Bouguer. En 1746,
              publicó su  Traité du navire (Tratado del navío), considerado el tratado cumbre
              de la  literatura naval de la  época, donde se  m ide la  estabi lidad de un navío
              por la posición de su metacentro o centro de la carena. Elegido miembro de la
              Royal Society, Bouguer ascendió metafóricamente a la gloria celestial en forma
              de cráteres lunares y  marcianos, pues dos de estos accidentes geográfico-
              astronómicos fueron bautizados con su  nombre en su  honor. Sin embargo, la
              comunidad matemática le recordará siempre por algo bastante trivial, pero
              extraordinariamente útil: Bouguer introdujo, en 1752, los símbolos "  y .e.








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