Page 126 - 29 Lavoisier
P. 126
Por otra parte, sin unas inversiones mínimas, el rendimiento
medio de la finca bajaba, por lo cual las ganancias eran aún me-
nores incluso en época de buenas cosechas. La situación era
compleja y su mejora requería trabajar en varios frentes. No era
suficiente con optimizar las formas de cultivo, había que facilitar
a los campesinos créditos a bajo interés para que no descuidaran
el mantenimiento de la finca y para que no pasaran hambre en
época de malas cosechas. Era imprescindible también modificar
drásticamente el sistema de impuestos, que en Francia recaía ex-
clusivamente sobre el Tercer Estado, dentro del cual los campesi-
nos eran el colectivo más numeroso y también el más débil, pues
trabajaban en una industria que dejaba el menor margen de bene-
ficios y estaba sometida a imponderables como las inclemencias
meteorológicas. Había que tener en cuenta también estas singula-
ridades a la hora de diseñar y, sobre todo, recaudar los impuestos.
Por último, para sacar a los campesinos del abismo de miseria en
el que vivían la mayor parte de ellos, había que proporcionar los
servicios mínimos de escolarización y atención médica, así como
ayudas para la construcción de viviendas. Lo que Lavoisier preten-
día, más que hacer un experimento agrícola, era llevar a cabo una
auténtica revolución campesina, aunque la titularidad de la finca
siguiera siendo suya.
A pesar de la infinidad de aspectos que había que trabajar y
mejorar, Lavoisier no perdió de vista el objetivo p1imero de su ex-
perimento, que era mejorar la producción agrícola. Para ello fue
haciendo pequeñas modificaciones e incorporando las que mejo-
raban los rendimientos. Supervisaba personalmente estos cambios
pasando dos o tres temporadas al año de quince o veinte días en la
finca, normalmente en la época de las cosechas. Además, se man-
tenía informado asiduamente de todo lo que acontecía en ella me-
diante informes que le enviaban por correo. De esa forma logró
multiplicar por dos la producción. En el cultivo de trigo, tanto en
Francia como en Fréchines antes de que se hiciera cargo de ella
Lavoisier, la producción ascendía en promedio a una cantidad cinco
veces superior a la simiente sembrada. Tras quince años de trabajo,
en 1793, la última cosecha que se recogió en la finca antes de que La-
voisier fuera ajusticiado, prodttjo diez veces la simiente sembrada.
126 EL ESTADISTA