Page 64 - 29 Lavoisier
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vora fue extraordinariamente eficiente y, en menos de dos años, la
                     mitad del adelanto que los comisionados habían tenido que pagar
                    · a la antigua compañía encargada de la fabricación de la pólvora
                     había sido reembolsado.
                         No obstante, seguía habiendo déficit en la producción de sa-
                     litre, sustancia que mayoritariamente procedía de los residuos de
                     los establos. Como ya habían hecho los gobiernos de otros países,
                     Lavoisier dispuso la búsqueda en las minas, así como un proce-
                     sado más eficiente de los residuos de los establos. La Academia
                     nombró una comisión para la supervisión del proceso a  escala
                     nacional, siendo Lavoisier uno de sus miembros. También en este
                     campo obtuvo mejoras sustanciales, y Francia pasó de tener défi-
                     cit de pólvora a tener superávit.
                         La muerte de su padre de un ataque al corazón, que tuvo lugar
                     en septiembre de 1775 en su finca de Le  Bourget, le causó gran
                     tristeza, sobre todo porque no pudo estar a su lado en sus últimos
                     momentos.  Según escribió entonces, había perdido a  su mejor
                     amigo. Pero no pudo detenerse a llorarlo, el trabajo lo apremiaba.
                         Su nombramiento corno miembro de la Comisión de la Pól-
                     vora introdujo otro cambio de gran calado en su vida: se trasladó
                     a vivir a su lugar de trabajo, el Arsenal, en una de cuyas dependen-
                     cias montó un laboratorio al que dotó con los mejores aparatos de
                     medida para cuantificar la nueva ciencia. Muchos de estos dispo-
                     sitivos fueron diseñados por él y todos fueron adquiridos a cargo
                     de su fortuna personal.
                         Habían pasado cuatro años desde que Marie y Antoine se ha-
                     bían casado. A falta de hijos y con la tía Constance ocupándose
                     de todo lo relativo a los asuntos domésticos, Marie podía dedicar
                     mucho tiempo a ayudar a su marido. Era una presencia asidua en el
                     laboratorio y tornaba parte en los debates químicos que allí tenían
                     lugar. Para poder participar en tales discusiones con conocimiento
                     de causa, sus clases de inglés y de dibujo se completaron con lec-
                     ciones de química, que inicialmente fueron impartidas por Antoine;
                     luego realizó un aprendizaje más formal asistiendo a academias y
                     recibiendo clases de Bacquer, joven colaborador de Lavoisier.
                         El laboratorio del Arsenal se convirtió así en un centro de
                     investigación y tertulia, que fue visitado por las personalidades





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