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PRIESTLEY, EL PASTOR DEL AGUA DE SODA
El pastor protestante Joseph Priestley
(1733-1804) no aceptó al rey de Ingla-
terra como autoridad máxima de la
Iglesia y por ello sufrió diversas discri-
minaciones, como no poder acceder a
la universidad. Sin embargo, fascinado
por la electricidad, inició una carrera
científica que se vio determinada por un
encuentro con Benjamín Franklin (1706-
1790), que lo animó a publicar el tratado
de electricidad que estaba escribiendo y
a que siguiera su vocación científica. El
americano se convirtió en un referente
científico y personal a lo largo de toda
su vida y Priestley llegó a ser la máxima
autoridad de la ciencia neumática en In-
glaterra. Mejorando los pobres montajes
que sus compatriotas Hales, Mayow y
Black habían desarrollado para controlar
los «aires», descubrió y analizó más aires que nadie: los óxidos de nitrógeno
(NO, N0 y N 0), el ácido muriático (HCI), el aire sulfuroso (S0 ) , los compo-
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nentes del aire común (N y 0 ), el aire alcalino (NH ) y el letal monóxido de
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carbono (CO). Al igual que Lavoisier, consideraba que la base de la ciencia
eran los hechos experimentales y no las elucubraciones abstractas, y también
como su colega francés consideraba que la clave de la riqueza de una sociedad
estaba en el conocimiento científico, unas ideas que en la época eran comple-
tamente revolucionarias. Buscando relaciones entre la ciencia y la industria,
descubrió la forma de preparar agua de Seltz, que hasta entonces era un lujo
solo al alcance de los que podían pagar las aguas traídas de los manantiales
naturales. Fue menos perspicaz a la hora de aferrarse a la teoría del flogisto y
defenderla más allá incluso de lo que habían propuesto sus inventores. Apo-
yó la Revolución americana y luego la francesa, lo que casi le· cuesta la vida,
pues sus conciudadanos de Birmingham intentaron lincharlo en 1791, cuando
celebraba, junto con unos amigos, el segundo aniversario de la toma de la
Bastilla. Ya fuera por sus creencias religiosas o políticas, sus relaciones con los
miembros de la Royal Society también se vieron muy deterioradas, por lo que
el pastor disidente emigró a las colonias americanas. Por mediación de Franklin
tuvo ofertas de las más prestigiosas universidades, que rechazó, aunque hizo
algunas presentaciones en la sociedad científica de Filadelfia. Fue amigo de
George Washington y asesor de Thomas Jefferson en temas de ciencia. Murió
en 1804, durante la presidencia de este último.
EL OXÍGENO VENCE A L FLOGISTO 59