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cuando un hombre llamado Frederick Hale Holmes (ca. 1811-
1870) patentó la lámpara de arco eléctrico. Poco se conoce acerca
de la biografía de Holmes, pero se sabe que viajó a Inglaterra para
compartir su invento con Faraday, que enseguida entendió que
con semejante tecnología podría mejorarse la iluminación de los
faros.
El 8 de diciembre de 1858, por primera vez se puso en mar-
cha esta tecnología en el faro de South Foreland, cerca de Dover.
Estuvo funcionando durante trece años, y también acabó instalán-
dose en otros faros. Pero aún era una tecnología cara y compli-
cada: para funcionar necesitaba un mantenimiento constante y se
precisaba de un motor electromagnético y una máquina de vapor.
Desafortunadamente, la luz era demasiado potente y la instalación
un tanto engorrosa para el uso doméstico: aún tenía que llegar
un filamento que pudiera arder regularmente durante un tiempo
prolongado.
LOS PRIMEROS AÑOS DE UN MUCHACHO SIN FUTURO
En septiembre de 1791 nacía en Newington, al sur de Londres,
Michael Faraday. Sus padres, James y Margaret Faraday, eran de
un estrato humilde y vivían en el campo. James era un herrador
de caballos y Margaret, hija de un granjero. No obstante, aunque
James había trabajado desde su niñez en el campo, el trabajo
empezaba a escasear en los entornos rurales debido a la Revolu-
ción industrial, iniciada en 1733. Primero fueron los trabajadores
textiles los que descubrieron que unos ingenios impulsados por
vapor les arrebataban los puestos de trabajo. Al incrementarse la
producción textil, los cultivadores de algodón empezaron a pro-
ducir más materia prima. Sin embargo, a finales del siglo xvm, Eli
Whitney (1765-1825) inventaría la desmotadora de algodón, capaz
de retirar las semillas del algodón en crudo doscientas veces más
deprisa que cualquier ser humano. De modo que también los cul-
tivadores, así como otros tipos de trabajadores, se encontraron
sujetos a la explotación o fueron despedidos por sus patrones,
22 BUSCANDO LA CHISPA DIVINA