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de muy mala calidad, habida cuenta de los escasos recursos de
su familia, y en segundo lugar porque sus padres no confiaban
demasiado en la educación reglada.
A pesar de las penurias, los Faraday eran una familia feliz,
ante todo porque pertenecían a una ferviente comunidad religiosa,
los sandemanianos, una secta que se había escindido de la Iglesia
presbiteriana de Escocia y de la Iglesia de Inglaterra. Entre los
sandemanianos, la pobreza era motivo de satisfacción, pues les
recordaba que Jesús, también pobre, les había dicho a los israe-
litas que un rico tenía menos posibilidades de entrar en el Reino
de los Cielos que las que tenía un camello de pasar por el ojo de
una aguja.
Por ello, y porque tuvo que empezar a trabajar desde muy
joven - primero como repartidor de periódicos y luego en una
librería- , Faraday se involucró en la investigación científica a
una edad tardía, cuando la mayoría de los científicos ya habían
hecho sus grandes aportaciones.
Faraday era un chico entusiasta aficionado a los retos inte-
lectuales. Por ejemplo, disfrutaba particularmente al componer
juegos de palabras para sus amigos, como la respuesta que ofreció
a una carta de Benjamín Abbott:
-no-no-no-no-ninguno-derecha-ninguna filosofía sigue vive todavía-
no-no-Oh no-él lo sabe-gracias-es imposible-Bravo.
En estas líneas, querido Abbott, tienes respuesta cumplida y explí-
cita a la primera página de tu carta del 28 de septiembre.
El resto del tiempo, sin embargo, apenas acudía a la escuela
y se pasaba el día en la calle, con un grupo de amigos con quienes
jugaba a las canicas, en un callejón próximo a su desvencijada
vivienda. Faraday se lan1entaría más tarde de ello: «Mi educación
fue de lo más corriente, consistiendo en poco más que en los ru-
dimentos de la lectura, la escritura y la aritmética en una escuela
vulgar y corriente».
Con apenas trece años, pobre y escasamente formado, Mi-
chael Faraday se vio obligado a abandonar la escuela para en-
contrar un empleo. Su padre hubiese preferido que se convirtiera
24 BUSCANDO LA CHISPA DIVINA