Page 104 - 07 Schrödinger
P. 104

lación intermitente con la adolescente ltha vino a parar en un em-
                     barazo. Él la animó a que tuviera el niño, si bien la paternidad no
                     debía interferir en su matrimonio con Annemarie. ltha no vio el
                     panorama tan claro, terminó abortando y la relación se enfrió. La
                     adicción romántica de Schrodinger se desplazó entonces hacia
                     Hildegunde, la esposa de un viejo amigo, el físico austriaco Arthur
                     March, formado en la escuela física de Viena. Hilde resistió el ase-
                     dio durante meses, en Innsbruck y Berlín, pero finalmente cedió
                     en el entorno pintoresco del sur del Tirol.
                         Allí se habían dado cita varios científicos decididos a abando-
                     nar Alemania, en el verano de 1933. Querían disfrutar del sol, de la
                     amistad y de los paisajes escarpados del norte de Italia, antes de
                     separarse y partir cada uno al otoño y el invierno de una vida aza-
                     rosa en el extranjero. Weyl, cuya mujer era judía, saldría hacia el
                     Instituto de Estudios Avanzados de Princeton. Born, judío él mis-
                     mo, a Cambridge. Schrodinger había encontrado acomodo provi-
                     sional en el Magdalen College de Oxford. Hicieron lo posible por
                     evitar que las nubes negras que ya manchaban el horizonte ensom-
                     brecieran el presente. Llegó el día en que Erwin y Hilde se separa-
                     ron del grupo para emprender una excursión en bicicleta por los
                     alrededores del lago Garda. A la vuelta, ella estaba embarazada.
                     Entre las condiciones que Schrodinger impuso para establecerse
                     en Inglaterra figuraba un puesto de ayudante para Arthur March.
                         Annemarie, Erwin y Hilde recalaron en Oxford el 4 de noviem-
                     bre. Cinco días después, Annemarie atendía una llamada de telé-
                     fono  en  el  modesto  hotel  donde  se  alojaban.  Procedía  de  la
                     redacción de The Times y le anticiparon una de las noticias que iban
                     a publicar en portada al día siguiente: a su marido le habían conce-
                     dido el premio Nobel de Física, que compartiría con Paul Dirac.
                         A su regreso de Estocolmo, se estableció una delicada convi-
                     vencia a cuatro bandas, en la que Schrodinger y Hilde oficiaron un
                     tercer matrimonio al amparo de Annemarie y Arthur. Annemarie
                     actuó como una segunda madre de la niña que nació el 30 de mayo
                     de 1934. Se llamó Ruth Georgie Erica y se inscribió en el registro
                     con el apellido de March. Ruth no supo quién era su padre biológico
                     hasta cumplir los diecisiete años, cuando un día, en la playa, Erwin
                     le comentó: «Mira tus pies. Son exactamente iguales que los míos».






         104         LA BÚSQUEDA DEL SENTIDO
   99   100   101   102   103   104   105   106   107   108   109