Page 67 - 07 Schrödinger
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carretera la que se desliza bajo las
ruedas de su vehículo, desde la pers-
pectiva del electrón, era el núcleo el
que giraba a su alrededor, una carga
positiva en movimiento que debía
crear un campo magnético. En el
fondo, los problemas de la estruc-
tura fina y de la relatividad estaban
íntimamente relacionados.
El primer paso, antes de cambiar
de paradigma, era peñeccionar, hasta Números cuánticos
donde diera de sí, el que ya se tenía. Tamaño (n) Forma (/) Inclinación (m)
A esa tarea se aplicó con entusiasmo 0
Arnold Sommeñeld, un hombre de
extraordinario encanto personal que
lucía en la frente un recuerdo de sus excesos estudiantiles: la cica- Un esquema
del modelo de
triz que le habían abierto durante un duelo de esgrima. Sommeñeld Sommerfeld,
estaba convencido de que había que añadir estructura al átomo, donde se
observa que las
para que diera cuenta de la riqueza de líneas de la estructura fina. trayectorias de los
electrones pueden
Comenzó aceptando órbitas con formas elípticas, lo que, a su vez, ser circulares
le permitía jugar con las orientaciones. Asoció nuevos parámetros o elípticas.
El número
a estos nuevos atributos, números enteros relacionados entre sí que cuántico n se
se sumaban al que había introducido Balmer. relaciona con
el tamaño de las
Así, n pasaba a ser el número cuántico principal, que propor- órbitas, con
la forma de las
cionaba una idea del tamaño de la órbita. Un n pequeño correspon- elipses y con
día a un electrón que habitara cerca del núcleo, mientras que uno su inclinación.
grande lo situaba en la periferia del átomo. El siguiente número
cuántico, l, determinaba el achatamiento de las elipses. El tercer
número, m, apuntaba en qué direcciones se orientaban las órbitas
(véase la figura).
Con todo, tras la reforma orbital, el átomo de Sommeñeld
seguía arrojando los mismos niveles de energía que el de Bohr.
Por tanto, en las transiciones generaba fotones con las mismas
frecuencias, que al proyectarse contra una pantalla dibujarían
las mismas líneas espectrales. Había llegado el momento de con-
vocar a la relatividad especial. Según la teoría de Einstein, los
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cuerpos cambian de masa (y, por tanto, de energía: E= m c )
LA ECUACIÓN DE ONDAS 67