Page 34 - 09 Bohr
P. 34
mente el átomo; la teoría atómica tenía un valor indudable debido
a sus éxitos explicativos y sus verificaciones indirectas, pero no
estaba demostrada totalmente. De este modo, en la segunda mitad
del siglo XIX, la discusión en torno a la existencia real de los áto-
mos vivió uno de sus momentos culminantes. En el centro de la
polémica se hallaba una postura filosófica sobre la naturaleza y
método de la ciencia conocida con el nombre de positivismo.
El término fue acuñado por el filósofo francés Auguste Comte
(1798-1857) y su tesis principal era que el método científico y, por
extensión, todo conocimiento, está constituido solo de observa-
ciones empíricas. Puesto en lenguaje popular, es la tesis filosófica
que sostiene que «si no lo veo, no lo creo». El positivismo trataba
de erradicar toda especulación filosófica y teológica que no co-
rrespondiera a los hechos observables. Solo era real aquello de lo
que había evidencia directa a través de los sentidos; el resto había
que relegarlo al ámbito de la subjetividad, del relativismo y del
sinsentido. Con ello se pretendía entronizar la ciencia como único
conocimiento válido que garantizaría la verdad acerca del mundo
y el progreso de la humanidad.
Aunque el mito positivista triunfó hasta el extremo de que
todavía hoy hay quien piensa que solo el conocimiento científico
es serio, válido y verdadero, la aplicación de esta perspectiva fi-
losófica habría acabado con el propio progreso de la ciencia. La
polémica en torno a la existencia de los átomos en el siglo XIX es
un buen ejemplo de la sofisticación de la actividad científica y de
lo simplista que es considerar que la ciencia solo está basada en
observaciones sensibles. Porque, como se ha visto, ni Dalton ni
Mendeléyev habían observado directamente los átomos, sino que
habían intuido su existencia gracias a evidencias indirectas como
las proporciones de los compuestos químicos.
Otras evidencias indirectas que avalaban la posible existencia
de los átomos vinieron de la mano de una nueva rama de la física
que se fue configurando a lo largo del siglo XIX: la física del calor.
Uno de los problemas científicos y filosóficos más interesantes es
el de la relación entre los conceptos científicos y nuestras ideas
habituales sobre los fenómenos. Así, aunque todos tenemos una
experiencia habitual de qué es el calor, no es tarea fácil definirlo
34 BOHR JUEGA CON LOS ELECTRONES